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La forma en que Jimin y Yoongi se conocieron fue muy peculiar.

Fue una noche cuando el bonito rubio salió a comprarse la cena en una tienda de convivencia que estaba abierta las 24 horas. Llevaba un short y una camiseta grande que le había robado a su hermano. En el momento en que escuchó un silbido y luego las palabras que salieron de la boca de un chico pelinegro que estaba detrás de él, supo que era momento de cortarse el cabello.

— Ojalá fueras almohada para tenerte todas las noches en mi cama, preciosa. — Rió levemente por el piropo y se dio la vuelta para poder ver al chico que le había coqueteado tan descaradamente.

Fingió una voz más grave a la normal, se cruzó de brazos remarcando la planicie en su pecho y, con una sonrisa burlona dijo — Soy hombre, pero puedo fingir ser una mujer por ti bombón.

El rostro del chico se desfiguró en una mueca de sorpresa y él no pudo evitar soltarse a reír llamando hasta la atención del poco personal que trabajaba en aquella tiendita que estaba casi vacía.

No fue hasta que segundos después sintió una gran mano agarrar su cintura de forma brusca y una respiración cálida en su oreja que pudo dejar de reír. Su rostro adquirió un bonito tono carmín por la vergüenza que inundó su cuerpo gracias a lo cerca que estaba aquel chico bonito y no puedo soltar palabra alguna. De pronto una traviesa mano recorrió su espalda hasta llegar a su retaguardia y descansar en uno de sus glúteos.

— Eso explica que tengas este gran trasero. Te ves jodidamente follable y tu cuerpo parece ser muy flexible, bonito. — La ronca voz acarició sus sentidos y Jimin no pudo retener el jadeo que salió de sus labios ante el apretón repentino en una de sus nalgas.

Aquellas palabras descolocaron al rubio pero se recompuso unos momentos después. Una idea se le vino a la mente y, con una traviesa sonrisa asomándose en sus carnosos labios, deslizó una de sus manos en los anchos hombros del desconocido hasta el fornido pecho para dibujar círculos imaginarios en uno de los pectorales con su dedo índice de manera coqueta.

— ¿No quieres probar que tan flexible puedo ser? Puedo sorprenderte de muchas maneras... — Ronroneó cerca a los labios del otro.

Y fue cuando el otro se separó y dijo como si fuera una broma— No homo bro, lo siento. — y se dio la vuelta para salir de ahí dejando a un Jimin atónito y avergonzado.

Quien diría que días después de aquel encuentro se volverían a encontrar en la misma preparatoria y, para desgracia del rubio, terminaran siendo roomies.

Pero para sorpresa de ambos, congeniaron más que bien y terminaron siendo "mejores amigos" si es que así se le podía llamar a la extraña relación que tenían.

No Homo Bro ----》YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora