09

3.3K 320 17
                                    


5 días habían pasado desde que el elaborado plan de Kim Seokjin se puso en marcha.

5 días donde ver a un Jimin brillando y risueño a todas horas y un Yoongi amargado y tosco todo el día se volvió normal.

Yoongi estaba pensando en dejar de pagar la luz para que Jimin ya no pudiera cargar su celular o tal vez dejar caer "accidentalmente" el costoso celular de su roomie por la ventana. Estaba hastiado del constante sonido que indicaba que el rubio tenía un mensaje nuevo, incluso había llegado al punto de poner en silencio su celular porque tampoco toleraba el sonido proviniendo de este mismo.

Ya no salía tanto con Jimin y si lo hacía juraba que no duraría mucho tiempo sin iniciar una pelea, lo cual era lo menos que quería.

Jungkook le había aconsejado que no fuera tan tóxico al respecto pero de verdad no podía, Jimin se lo pasaba todo el día con ese aparatito y sumado a los constantes regalos que llegaban a su departamento para este estaba abrumado.

Pero había tomado una decisión, oh claro que sí. Nadie le quitaba a Min Yoongi lo que era suyo por antigüedad y derecho.

Con pasos decididos caminó hasta la cocina donde su roomie estaba entretenido esperando a que su comida terminara de calentarse en el microondas, su cuerpo estaba apoyado en la isla y tenía entre sus pequeñas manitos el aparato que tenía hastiado a Yoongi.

Cuando Jimin alzó la mirada al percibir una sombra no tuvo tiempo de reaccionar cuando sus rechonchos labios habían sido atacados por los delgados y finos del contrario. Yoongi con lentitud le quitó el celular con funda de pollitos al rubio y lo dejó en la superficie de madera, misma en la cual apoyó sus manos para apresar el cuerpo del rubio mientras se desarrollaba un beso torpe y lento.

Jimin con sus ojos cerrados disfrutó del contacto que tanto había estado esperando desde hace mucho, sus dedos se enredaron en la cabellera negra y ladeó su cabeza en busca de más, más contacto, más sentir, solo más de todo lo que Yoongi podía ofrecerle.

El mayor agarró las caderas de Jimin y empujó sutilmente el cuerpo más bajo hacia atrás, no pasó mucho tiempo antes de que ambos estuvieran comiéndose la boca en aquella cocina donde se guardaban las memorias de interminables coqueteos y situaciones insinuantes. Jimin ya sentado en la isla de la cocina jadeó ante la mordida en su labio inferior, los besos bajaron por su mandíbula hasta su garganta para llegar a su cuello, una zona erógena que le podía hacer perder todos sus sentidos.

Bebé, ¿sabes que eres hermoso? Tan lindo, precioso, un Ángel, te voy a demandar por atentar contra mi vida con tu belleza... — Dijo entre los besos que dejaba en la tersa piel.

— H-hyung... — Balbuceó el de cabellera dorada, sus manos bajando y subiendo por la ancha espalda del mayor, disfrutando de los labios en su piel y de las distintas sensaciones que sufría su cuerpo—. Hyung... lo quiero... l-lo quiero mucho...

Yoongi sonrió, él tenía algo que lo diferenciaba de las muchas personas que gustaban de su Jimin, en especial de aquel que le mandaba mensajes constantes y le daba regalos.

Yoongi si era correspondido.

No Homo Bro ----》YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora