el contrario se veía tanto cansado cómo estresado, y el invitado no sabía cómo ayudar.— ¿Jesús? ¿Sucede algo?
decidió preguntar, siendo ignorado por el otro, que se movía por la cocina en silencio, realizando acciones que le eran desconocidas al otro.
por cada vuelta que Jesús daba, Hernando se perdía más, inhalando y acercándose al chico, tomando cautivo el brazo del otro, causando que su movilidad fuera limitada y tuviera que detenerse, quedando a cortos centímetros del rostro del otro si no fuera por la diferencia de altura, marcando a Hernando cómo el más bajo.
— ¿Podrías responderme?
— ¿Responder qué?
— Qué por qué estás así, ¿Qué sucedió?
— Es... algo del trabajo.
— ¿Tienes que irte?
por alguna razón, aquellas palabras habían salido de su boca con un tono algo triste.— Yo... debería de ir a la oficina.
Jesús llamó la base su Oficina, esperaba que Hernando se fuera o que no le ofreciera acompañarlo, pero por lo que sabía de el otro, muy probablemente se ofrecería.
— ¿P-puedo acompañarte?
— Prefiero que te quedes aquí a esperar a Vegetta, ¿Vale? Puedes irte en cualquier momento, no te obligo a quedarte.
aclaró Jesús, alejándose del otro y caminando hacia la puerta, tomando un abrigo, sus llaves y siendo detenido antes de atravesar la puerta.
— T-ten mi número... llámame si pasa algo.
— Lo haré, nos vemos, Herny.
dijo antes de abandonar la casa y dejar sólo a Hernando en un departamento de gran tamaño, haciéndolo sentir algo asustado pero también curioso de explorar.
fue a la cocina a por el té que Jesús le había dejado hecho, buscando la azucarera, y luego de un rato encontrándola.
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°Jesús entró al auto, lo comenzó y condució rápidamente hacía las afueras de la ciudad, pasando algunos minutos antes de que llegara al lugar, dejando el auto a cargo de una de las chicas de allí, siendo escoltado por uno de sus compañeros favoritos.
— ¿Noticias, Arsilex?
— Planean ir a por la esposa de Luzuriaga para hacer qué hable.
— Dile a Alex que se encargue de eso.
— Sí, Jesús.
— ¿Necesitas algo?
— No, pero alguien pidio verlo y lo espera en su ofic—
ya habían llegado y la puerta había sido abierta de manera abrupta por el más alto, haciendo que mire a su acompañante y secretario con algo de enojo, creando que el otro lo mire con una expresión parecida y se retire luego de empujarlo a entrar.
— ¿Quién eres?
— Mi nombre no importa mucho ahora mismo.
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killers | hersus y elygetta
Random"los hermanos De Luque, los más temidos de la mafia, se encuentran problemas con nombre y apellido". sin portada temporalmente comenzada el 30/04/2020 100% de mi pertenencia