killers | hersus y elygetta

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nota de autor:

perdonen el que me desaparecí durante por lo menos dos meses. ;-;
es que... me hice una cuenta de Discord y cómo que me entusiasmé 👉👈...

bueno, además, pido perdón por que los capítulos no son taaaan largos cómo antes,
es que tengo que volver a acostumbrarme a escribir mucho.

y,
¿les interesaría el que me haga un Server de Discord?

ahora sí, les dejo el capítulo. ^^

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Samuel estaba sentado en el sofá en la sala, escuchando las voces amortiguadas de los otros dos chicos hablando alegremente en el cuarto, sintiendo que su tripa que le decía que algo pasaría con ese chico.

algo importante y especial.

se levantó del sofá, fué a su cuarto y buscó una chaqueta, su tapabocas y unos guantes blancos, para luego ponerse las prendas y caminar hacia la puerta, dando una última mirada a la puerta del cuarto de su hermano menor, escuchando aún las suaves voces y alguna que otra risa, que lo extrañaba cada vez más.

caminó decidido hacia la puerta, agarrando sus llaves y cerrando la misma sin cuidado alguno, ya que le daba igual sí su hermano escuchaba la puerta u algo, sabiendo perfectamente que se llevaría un susto, cosa que le sacó una risa, acomodando su tapabocas y tomando el ascensor para salir del edificio.

soltó un bostezo al ver el cielo nublado, pensando en que era el día perfecto para quedarse en la cama y no hacer completamente nada, ya que tampoco podría limpiar, porque las cosas tardarían más tiempo en secarse.

caminó hacia una cafetería cercana, en la cuál tenía vistas a una comisaría, además de que tenía a un informante allí, que podía decirle lo que oía cuándo los oficiales iban a por una taza de café luego de un ajetreado día de trabajo.

-- sí no es un buen día para trabajar... mejor informarme antes de hacerlo.

dijo para sí mismo, mientras comtinuaba caminando, viendo disimuladamente hacia la comisaría una vez que había llegado.

entró a la cafetería y bajó su barbijo, dejándolo sólo ocultando su barbilla, comenzando a buscar una mesa "limpia" y libre.

una vez que la encontró, pidió que la limpiaran nuevamente, apoyando sus brazos sobre la mesa una vez que estaba seguro de que la misma estaba limpia, viendo a la gente pasar frente a la ventana, sin notar que eran observados atentamente por un par de ojos lilas.

después de pedir un café y un muffing de vainilla con chispas de chocolate, sacó su celular, viendo las redes, luego notando la llegada de su pedido, junto a la persona a la que esperaba.

-- hola Vegettita, ¿cómo puedo ayudarte hoy?

preguntó alegre y amablemente aquella persona, tomando asiento frente a él, quitándose el delantal del café con la mirada aún sobre el chico.

-- tan amable y alegre cómo siempre.

dijo a modo de comentario el de ojos lilas, sonriéndole un poco y luego aclarando su garganta.

-- ¿tienes información nueva de lo que pasa en el nido?

preguntó Samuel, endulzando su café, luego tomando un poco y observando atentamente a su acompañante, esperando una respuesta.

-- ¡oh, por supuesto! escuché a varios oficiales decir que están felices con la vuelta de uno de sus mejores detectives.

dijo mientras apoyaba sobre la palma de su mano su mejilla derecha, soltando un leve suspiro y continuando con su labor de decirle lo que oía.

-- dijeron que pronto volvería, que las estadísticas mejorarían y que tenía información sobre vosotros, que por fin agarrarían a uno de los suyos después de más de diez años.

dijo con una sonrisa, viendo cómo el pelinegro le daba toda su atención supuestamente, ya que una mitad probablemente estaba en las nubes y la otra prestándole atención.

-- ¿nombre?

-- Moroman. Elyas Moroman.

dijo alegremente, esperando reacción de parte del contrario, que sólo sacó una pluma y escribió el nombre en una servilleta, asintiendo.

-- gracias por tu ayuda, Borja, puedes irte.

dijo concentrado, intentando grabarse el nombre en la mente, al igual de que intentando recordar el nombre de la persona que podría proveerle información sobre el oficial que estaría persiguiéndolos.

-- ¡cierto! se me olvidaba decirte...

dijo Borja ya acomodando la sillay poniéndose el delantal celeste nuevamente, ya que su turno aún no terminaba, y sólo se había tomado un descanso.

-- dicen que llegó un nuevo oficial a la ciudad, apodado "El Búho".

y así cómo así, el chico se retiró, desapareciendo detrás del mostrador bajo la mirada de Samuel.

el chico terminó su café y su muffing, pagó la cuenta y se puso su tapabocas nuevamente, caminando hacia la puerta de salida y atravesándola.

van a ser medio cortitos, de 700 y pico de palabras cada uno.

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