⁰⁸

149 21 3
                                    

hacia algunos días que jisung no respondía sus mensajes y eso le preocupaba de una manera excesiva, ¿algo malo le había pasado? ¿se estaba preocupando demasiado? esperaba no estar exagerando porque no quería ser alguien molesto para el menor. había decidido dejar de mandarle mensajes, así no lo agobiaría demasiado.

la hora de almorzar había llegado, así que dejó su celular sobre la mesa de noche que estaba a un lado de su cama y salió de la habitación, desde que había conocido al menor salía mucho más de su habitación, por algún motivo no le gustaba estar encerrado entre cuatro paredes, también había acomodado sus horarios de comida y de sueño, se lo había prometido en una de sus tantas conversaciones y, con tiempo y esfuerzo, lo había logrado. se dirigió hasta el comedor y se sentó en una de las sillas frente a la mesa, recargando sus brazos sobre la misma mientras esperaba a que su madre apareciera con los platos de comida, cosa que no tardó en suceder; la mayor salió de la cocina y dejó ambos platos sobre la mesa antes de sentarse frente a su hijo.

minho tomó el tenedor y comenzó a jugar un poco con su comida, por más que intentara no pensar en que jisung no respondía sus mensajes no podía evitarlo, estaba preocupado y eso hacía que su estómago se cerrase cada vez más.

— cariño, ¿estás bien?

levantó su cabeza al escuchar la voz de su madre, haciendo una ligera mueca luego. — ah, bueno... — volvió a bajar su mirada hasta el plato de comida. — jisung no responde mis mensajes y no tengo idea de porqué... estoy torturandome a mi mismo pensando que algo malo pudo haberle pasado, o quizá solo esté enojado conmigo por alguna tontería que hice sin notarlo...

— oh, ya va a responderte... no te preocupes, sabes que él es fuerte. — le dedicó una pequeña sonrisa en un intento de calmar al menor.

soltó un suspiro pesado y alejó el plato de él, tenía la necesidad de saber si algo malo le había pasado al más pequeño, quería saber si jisung lo necesitaba en ese momento porque, sin dudarlo, iría a buscarlo sin importar el lugar en el cual se encontrara o, por lo contrario, solo quería un poco de espacio para él mismo, espacio que minho no dudaría en respetar hasta que aquel chico decidiera volver a hablarle, solo necesitaba asegurarse de que todo estuviera bien.
levantó su vista hasta su madre, había recordado que hacia algunos meses ella le había pedido el número de celular a la madre de jisung para poder arreglar los horarios y días que ellos dos podrían verse.

— tú tienes el número de la señora han, ¿cierto? — al recibir el gesto afirmativo de la contraria, continuó hablando; — ¿podrías preguntarle si jisung está bien? por favor...

— oh, está bien... — el castaño esbozó una sonrisa de victoria. — pero termina tu almuerzo.

— trato hecho. — asintió un poco con su cabeza y volvió a acercar el plato hacia él para comenzar a comer un poco de lo que su madre había preparado.

[ 🌱 ]

algunas horas habían pasado desde que su madre mandó aquel dichoso mensaje, ¿la familia de han había desaparecido de la faz de la tierra? ¿qué era lo que estaba pasando? lo llenaba de ansiedad el simple hecho de pensar en aquello, no podía dejarle de darle vueltas al asunto. sus sentidos se agudizaron cuando escuchó el sonido que indicaba que una notificación había llegado, miró a su madre que se dirigía a su celular y tomó el mismo para leer el mensaje que le había llegado, minho no despegó su mirada del rostro de la mayor, quería leer cada uno de sus gestos para saber si algo bueno o malo había pasado, así que sintió como su corazón se paralizaba por un segundo cuando vio una mueca de preocupación por parte de ella.

— ¿qué ocurre? — preguntó de inmediato, mientras se levantaba del sofá.

— ah, bueno... jisung está bien...

soltó un suspiro de alivio al escuchar eso. — ¿entonces?

— él está en el hospital, ¡pero no te preocupes! — exclamó antes de que su hijo pudiera reaccionar. — todo está bajo control...

aunque su madre dijo que no lo hiciera, había comenzado a preocuparse, ¿jisung estaba en el hospital? ¿por qué? ¿estaría asustado rodeado de todas esas máquinas extrañas? él mismo lo estaba cuando despertó en esa sala blanca, ¿alguien estaría tomando su mano cuando se sentía solo? ¿se sentía realmente solo? esperaba que el pequeño dije fuera suficiente para que el menor pudiera sentir su compañía.

— mañana por la mañana puedes ir a visitarlo.

y, obviamente, el castaño tomó esa opción; casi no pudo dormir debido a que le preocupaba el estado del más pequeño, estuvo listo antes de que siquiera su madre se despertara para llevarlo al hospital, a las nueve y media ambos se subieron al auto para poder llegar a su destino antes de las diez y minho no podía esperar para ver el rostro tan bonito que jisung tenía.
se acomodó en el asiento del copiloto mientras jugaba torpemente con el dije que colgaba en el collar que siempre llevaba puesto desde que jisung se lo había dado, mientras tanto miraba la ventana y observaba como los edificios parecían pasar a rápida velocidad y quedar tras ellos, eso parecía hacer que, de alguna forma, su nerviosismo y preocupación disminuyeran. cuando su madre estacionó el auto salió disparado del mismo, como si su vida dependiera de ello corrió hacia la entrada del hospital, no se había preocupado por pasar en recepción, solo se concentró en encontrar a la madre del menor en los pasillos del lugar y, al lograrlo, se acercó a ella.

— ¡hola, señora han!

saludó con la mano en alto mientras aún se acercaba, llamando la atención de la pareja, supuso que el hombre que estaba con ella era el padre de jisung, aunque no le dio demasiada importancia en ese momento.

— oh, minho... ya comenzaran los horarios de visita.

aquellos cinco minutos que había estado en la sala de espera se le hicieron completamente eternos, quería ver a aquel chico y confirmar que estuviera bien, su deseo y necesidad de protegerlo no estarían tranquilos de otro modo, así que fue obvia su emoción cuando el doctor lo dejó pasar a la blanca habitación luego de que lavara sus manos.
lo primero que vio al entrar fueron las diferentes maquinas que marcaban cosas que no lograba entender del todo y el suero que se conectaba al brazo del menor, quien estaba recostado en la camilla con sus ojos cerrados.

— ah, mamá... — abrió lentamente sus ojos cuando escuchó la puerta abrirse, sabía que era el horario de visitas y, como nadie más sabía que estaba allí, supuso que su madre era quien entraba, su rostro de sorpresa fue obvio cuando vio al castaño. — ¿minho...?

— hola... — sonrió levemente, acercándose a una de las sillas a un lado de la camilla para sentarse en ella.

— se suponía que no ibas a saber de esto... — soltó una risa nerviosa, bajando su mirada. — estoy impresentable.

el mayor lo observó por unos segundos, ¿por qué decía aquello? ¿sería por su pérdida de peso? ¿por su piel tan blanca como la nieve? ¿o porque no llevaba su gorro de lana que cubría su falta de cabello? de todos modos, no le había prestado atención a todas esas cosas.

— te ves precioso. — pasó con extremo cuidado las yemas de su dedo sobre el dorso de la mano ajena, sonriendo levemente al sentir la suavidad de su piel.

— siento mucho no habertelo dicho... — levantó su mirada para poder ver el rostro del mayor, también dedicándole una pequeña sonrisa. — pero gracias por estar aquí.

vivo por jisung.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora