Corría, corría sin parar, sin mirar atrás, y es que el pensar en voltear me aterraba, corrí a esconderme detrás de un contenedor de basura, maldigo internamente la hora en la que acepté ir a ese bar, mi vida corría peligro y no sabía a dónde huir, el hombre que me perseguía pasó a un lado de mí, pensé que no me había visto pero bien dice que no puedes esperar lo mejor en estas situaciones.
Me tomó en sus brazos, pataleaba y gritaba, pero era inútil, me tenía y temía lo peor, me lanzó al suelo, se puso encima de mí, sus asquerosas manos recorrían mi cuerpo, las lágrimas se deslizaban por mis mejillas, sabía lo que iba a pasar, nadie vendría a salvarme, no como en esos libros que tanto había leído, las cosas no eran así, el hombre estaba demasiado ebrio, lo notaba en su asqueroso aliento.-Disfrutaré mucho contigo. -
Soltó una carcajada comenzó a bajar sus pantalones y entro en mí, solté un grito desgarrador, sus embestidas eran cada vez más dolorosas, podía sentir la sangre deslizándose en mis piernas y todo se volvió oscuro.
01
Me levanté sobresaltada, lágrimas corrían por mis mejillas al recordar eso; habían pasado dos años desde que me violaron, recuerdo que esa noche había salido con amigos de la carrera.
Estábamos festejando el cumpleaños de Sara, nunca había sido una chica de visitar bares o salir a fiestas, la mayoría de las veces rechazaba las invitaciones; pero esa noche me habían convencido por lo que decidí distraerme un rato sin saber que todo terminaría mal.
Controlando mi respiración y limpiando las lágrimas que descendían por mis mejillas me levanté de mi cama; tomando un largo suspiro me dirigí a la cuna de mi hijo, quien dormía cómodamente.
Un hermoso de niño de dos años.
Quedé embarazada de mi ex pareja cuando tenía 21 años, al inicio moría de miedo, no sabía cómo le diría a mi madre sobre mi situación, sabía que no lo tomaría bien. Había sido descuidada y no me había preocupado por mi salud sexual.
Mi pareja no lo había tomado a bien; él simplemente desapareció, nunca supe más de él, todo el embarazo lo pasé en compañía de mi hermana Madison, ella había sido mi roble en ese momento; mi madre al inicio había estado molesta, su reacción no fue la mejor, y durante el embarazo fue peor, aunque hoy en día mi bebé es la luz de sus ojos, en su momento fue su mayor vergüenza y eso dolía.
La relación con mi madre nunca había sido la mejor, entre un vaivén de discusiones, palabras hirientes por parte de ella o días en los que nos amábamos como a nada, realmente era difícil convivir en casa, siempre había deseado poder escapar, no quería un ambiente así para mi hogar. Amaba a mi madre, pero no amaba la forma en cómo nos trataba en ocasiones.Y lo hice, en cuanto tuve la oportunidad meses después de aliviarme, conseguí un departamento, era algo pequeño pero temporalmente era lo mejor, con el paso de los meses y mientras el bebé crecía, las necesidades y el desarrollo de él, me habían orillado a buscar un lugar mejor, más amplio, donde mi bebé pudiese desenvolverse y dar sus primeros pasos; así fue, a los pocos meses conseguí una casa más grande, dividía mi tiempo en atender al bebé y trabajar por las tardes, mi trabajo no era el mejor pues no había podido ejercer mi carrera, no al menos hasta que el bebé creciera otro poco, entonces había conseguido trabajar en una cafetería, Madison cuidaba de mi pequeño en las tardes, en lo que yo trabajaba.
Cuando tome la decisión de irme, mi madre hizo todo un show, al inicio lo tomó a mal, dijo cosas hirientes y después, comenzó a llorar, decía que eso debía haberlo echo desde un inicio antes de que se encariñara con el bebé, no me habló en al menos 3 días, había decidido prolongar mi estadía en casa de ella a pesar de que ya había pagado el depósito y la primer renta, nos quedamos una semana ahí, en las tardes comenzaba a limpiar la casa y aprovechaba a pasar algunas cajas con cosas, Madison me ayudaba cuando salía de clases, Jake su novio nos ayudaba a llevar lo más pesado, es un joven de una clase social alta, mucho mejor que la nuestra pero siempre se mostraba como un joven humilde y noble; así fue como conquistó a Madison, siempre había sido servicial y en cuanto supo de mi mudanza se ofreció sin dudarlo a apoyarnos con una camioneta y su fuerza.
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Alguien Como Tú
RomancePara Lía Lowell nunca fue fácil creer en el amor, pues el ver las malas experiencias de su madre y vivir una experiencia traumática sirvió para ser un claro ejemplo de que el amor no está hecho para todos y que a veces debes dar todo de ti para lleg...