Para Lía Lowell nunca fue fácil creer en el amor, pues el ver las malas experiencias de su madre y vivir una experiencia traumática sirvió para ser un claro ejemplo de que el amor no está hecho para todos y que a veces debes dar todo de ti para lleg...
Habían pasado 3 semanas desde el cambio de dueño en la empresa. Los primero días fueron un completo desastre, varias quejas en recursos humanos debido al mal carácter del nuevo jefe.
Una ridiculez a mi parecer, la mayoría de los regaños por parte de Max (que así lo llamaba a petición suya) habían sido por encontrarlas en grandes pláticas, o intentaban coquetear con él. Cómo que en dos ocasiones me tocó presenciar.
Incomodo a decir verdad.
Mi relación con Max era laboral y algo amistoso, solamente. No buscábamos algo más el uno con el otro.
¿Cierto?
De vez en cuando solíamos vernos fuera de la oficina, debido a que Jake se tomaba la libertad de invitarlo.
No me molestaba, al contrario, comenzaba a acostumbrarme a su presencia, al igual que Theo.
Hoy tendríamos una cena importante para la empresa, al ser parte esencial a la hora de cerrar contratos debía estar presente.
Aún no tenía idea de qué usaría. Mad quedó de ayudarme con ello. Theo se quedaría con Jake en lo que hacíamos las compras. Llevar a Theo con nosotros no nos daría mucho tiempo.
Mi niño últimamente está más inquieto y se aburría con facilidad. Prefiero que esté cómodo y también es necesario estar enfocada en mis actividades. No lo tomen a mal, siempre pasaba tiempo con Theo. Pero en ocasiones consideraba tomar un pequeño respiro.
Después de terminar algunos pendientes. Comienzo a prepararme, Theo ya se había ido con Jake desde temprano. Había tenido suficiente tiempo para redactar algunas cláusulas pendientes en los contratos que queríamos cerrar hoy. Está fiesta era la oportunidad perfecta para conseguir nuevos inversionistas.
Max se había encargado de todo a detalle. Había pedido mi opinión para algunas cosas de la decoración; me sentía extraña al verlo entrar a mi oficina y solo buscarme para eso.
Al inicio era incómodo, no es mi trabajo opinar sobre esos temas, ni siquiera era mi empresa, pero Max había dicho que su padre me tenía tanta confianza que decidió tomarme en cuenta. Lo agradecía.
La fiesta sería con 250 invitados, algo sencillo considerando la empresa. Entre los invitados iban incluidos los accionistas, sus esposas e hijos.
Buscaría un vestido acorde a la ocasión, algo sencillo pero que no perdiera la elegancia, muy pocas veces asistía a este tipo de eventos.
Mad pasó por mi alrededor de las 2 de la tarde. Iríamos a comprar el vestido y aprovecharías a hacer algunos mandados de la casa.
Jake me había dicho que Theo se encontraba muy bien y estaba entretenido. Todo iba bien.
Solté un suspiro al escucharlo. Siempre estaba preocupada cuando Theo no estaba conmigo.
......
Estaba nerviosa, Era torpe usando tacones. Ya casi no salía; no desde que había nacido Theo.
Observó mi reflejo en el espejo. Había encontrado el vestido perfecto.
Era con una sola manga, de color negro, se ajustaba perfectamente a mi cintura y pecho; me llegaba hasta el suelo, por lo que debía usar tacones altos.
Recogí mi cabello en un peinado sencillo. Me maquillé natural y coloqué accesorios en color dorado para resaltar más.
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