Capítulo 10| Quiero remediar las cosas, Lía.

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La noche había sido perfecta. Lía sentía que flotaba mientras Maxwell la conducía de regreso a casa, el suave murmullo de la música aún resonando en su corazón. Cuando llegaron, el aire fresco de la noche envolvió a Lía, intensificando la conexión que sentía con Maxwell.

Se detuvieron frente a su puerta. Maxwell se volvió hacia ella, sus ojos profundos llenos de una mezcla de deseo y vulnerabilidad.

—Lía, estoy realmente feliz de que hayamos hecho esto —dijo, acercándose un poco más, su voz suave y sincera.

Ella sonrió, sintiendo que el mundo se desvanecía a su alrededor. Maxwell la tomó de la mano y, en un instante que pareció durar una eternidad, sus labios se encontraron. El beso era suave al principio, pero pronto se volvió más apasionado, como si quisieran atrapar toda la emoción de la noche en ese momento.

De repente, un sonido interrumpió la atmósfera; un ruido familiar que hizo que ambos se separaran abruptamente. Un escalofrío recorrió la espalda de Lía cuando vio la figura de su ex, Oliver, el padre de Theo, emergiendo de las sombras.

—Lía —dijo él, con un tono desafiante, sus ojos fijos en Maxwell—. Así que este es el nuevo chico.

Maxwell se puso rígido, su expresión cambiando a una de determinación. Lía sintió su corazón latir con fuerza mientras miraba a ambos hombres.

—¿Qué quieres? —preguntó Lía, sintiendo la tensión en el aire.

Oliver dio un paso adelante, mirando a Lía con una mezcla de reproche y anhelo.

—Vine a hablar contigo. Quiero remediar las cosas, Lía. Te dejé, lo sé, pero he estado pensando en nosotros y en Theo. Quiero ser parte de su vida otra vez.

Maxwell, sin titubear, se interpuso entre Lía y su ex.

—Ella no necesita tu "remedio". Lía ha encontrado algo especial, algo que tú no supiste apreciar. No vas a volver a arruinar su vida.

Lía se sintió atrapada, pero al mismo tiempo, la valentía de Maxwell la animaba. Se adelantó, haciendo que ambos hombres la miraran.

—Maxwell tiene razón. He luchado demasiado por encontrar mi propio camino y no permitiré que nadie me lo quite.

Oliver frunció el ceño, su tono volviéndose más severo.

—No estoy aquí para pelear, pero quiero que sepas que volveré. Por ti y por Theo.

Maxwell, con una mirada feroz, respondió sin dudar.

—No vas a tener otra oportunidad. Lía merece más que tus promesas vacías.

Lía sintió una mezcla de emociones mientras miraba a ambos hombres. La determinación de Maxwell le daba fuerza, pero las palabras de Oliver resonaban en su mente. Sabía que tenía que tomar una decisión.

La noche había sido un paso hacia adelante, y no dejaría que su pasado la atrapara de nuevo.

—Estoy eligiendo a Maxwell —declaró, su voz firme y clara—. He tomado mi decisión.

La tensión en el aire era palpable mientras los ojos de los hombres se encontraban, y Lía sintió que, por fin, estaba comenzando a escribir su propia historia.

Oliver dio un paso atrás, con el ceño fruncido, pero en su mirada había una mezcla de frustración y sorpresa.

—No creas que esto ha terminado, Lía. Prometo que volveré —dijo con un tono grave.

Maxwell, manteniendo su posición protectora, respondió:

—No hay nada que discutir. Ha tomado su decisión, y yo estoy aquí para quedarme.

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