¿A ti también te pasa que quieres leer relatos +18, te fijas en la clasificación, entras a leerlo y te das cuenta de que los personajes no pasan de los besitos y de las caricias superficiales?
Somos dos. Hay que utilizar la "clasificación adulto" c...
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El desafío era sencillo. Bokuto le había propuesto a Akaashi hacer algo diferente para aquella noche de sábado; se había aburrido de la última temporada de la serie policial que estaban viendo.
Akaashi no se negó ante su petición, al fin y al cabo, aunque no lo admitiese delante del mayor, la serie le estaba pareciendo hasta cierto punto absurda. ¿Por qué demonios aparecían extraterrestres de repente? No lograba ponerse en la piel del guionista para entender este giro de los acontecimientos.
Así que ambos estaban de acuerdo, sin admitirlo, en que tenía que cambiar de planes si no querían quedarse dormidos a mitad de la noche. Pocas veces se podía ver durante la semana por culpa de las clases, el trabajo a tiempo parcial de Akaashi y los tortuosos entrenamientos de Bokuto. Desde el viernes por la noche hasta el domingo por la mañana disfrutaban el uno del otro, sin contratiempos.
El viernes habían disfrutado de una buena cena con Kuroo y Tsukishima, quienes acababan de empezar una relación un tanto intensa, sí es que se le podía llamar así. Ambos se negaban a lo que realmente sentía por el otro, pero disfrutaban a lo grande de sus sesiones de placer.
Bokuto y Akaashi no quisieron intervenir intentando convencerlos de otra cosa, así que los dejaron. A ver, si a la larga, se aclaraban de una vez por todas.
El sábado, desde que se levantaron hasta que volvieron a media tarde, se fueron a Yokosuka a hacer un poco de turismo y a disfrutar de la costa. Entre las 2 horas de ida y las 2 de vuelta Bokuto optó por tomarse una merecida siesta mientras que Akaashi terminaba un libro que llevaba atrasando durante 2 semanas.
Habían aprovechado el día al máximo y a pesar de sentirse cansados al llegar al apartamento de Akaashi -cada fin de semana se turnan entre apartamento de uno y otro-, habían acordado seguir con la serie para que la nueva temporada no les pillasen desprevenidos.
- Akaashi.- el mayor apoyó la cabeza sobre el hombro derecho del susodicho, desperdigando besos por su cuello.- Hagamos algo, me duele el trasero de estar sentado.
El pelinegro contuvo una carcajada por su comentario y ladeó la cabeza para ver a su novio. El cabello húmedo a causa de la previa ducha de Bokuto le hizo cosquillas en la nariz y puso una mueca conteniendo un estornudo.
- Llevamos casi todo el día caminando, Bokuto.- le respondió en un tono calmado.
Las manos de Bokuto se aferraron con mayor fuerza en el estomago de Akaashi, provocándole cosquillas.
- Hemos andando 3 kilómetros, Akaashi. Eso no es nada.- se quejó observando el perfil del menor aun apoyado en su hombro.
- No es mi culpa que hagas más kilómetros cuando entrenas.- desvió nuevamente la mirada de la televisión para mirarle de reojo.
La mirada de suplica de Bokuto removió al menor por dentro. Suspiró pesadamente antes de apagar la televisión y mirarle nuevamente.
