¿A ti también te pasa que quieres leer relatos +18, te fijas en la clasificación, entras a leerlo y te das cuenta de que los personajes no pasan de los besitos y de las caricias superficiales?
Somos dos. Hay que utilizar la "clasificación adulto" c...
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Akaashi llega a casa tras un largo día en la oficina corrigiendo una continuación de un shonen que sacaran a finales de este mes. Ha sido una mañana ajetreada, desde el colapso en el metro a hora punta pasando por las diferentes reuniones exprés para hablar del avance de las correcciones, hasta la infinita cola en el supermercado. Ahora que al fin está en casa y puede relajarse en la tranquilidad de su privacidad, se permite el lujo de dejar sus pertenencias en cualquier lado antes de dirigirse al baño.
El sonido del agua corriendo le detiene en medio del pasillo y alza la mirada antes de abrir la puerta. Al otro lado le espera un Bokuto en la ducha con la cabeza agachada y regadera en la mano derecha, aclarando su cabello con cierto entusiasmo.
- ¿Bokuto?- le llama con un hilo de voz.
El susodicho ladea la cabeza para dedicarle una mirada y esboza una sonrisa. Estira la mano y cierra el agua para a continuación tomar una toalla y enredarla en su cintura. El cabello mojado cae desordenado sobre su rostro y Akaashi nota algo extraño en este simple hecho.
Ha dejado las gafas en la cocina, por lo que no vislumbra el cambio hasta que está delante suya. Abre los ojos sorprendido e intercambia una mirada llena de preguntas con su novio.
Bokuto tarda unos segundos en entender el mensaje.
- ¿Te gusta, Akaashi? Quería probar algo nuevo.- esboza una sonrisa todavía mayor y posiciona ambas manos en su cintura en forma de jarra.- Tsum-tsum me dio la idea, tengo que darle las gracias.
Akaashi se toma unos segundos para intercambiar una mirada con el cabello oscuro de Bokuto. Ya no es una uniforme mezcla entre oscuro y grisáceo, casi plateado, sino que ahora es totalmente oscuro. Se le hace terriblemente extraño ver a Bokuto con el cabello de ese color. Además de que sus cejas destacan aun más, que si se mantienen en el tono grisáceo.
- Bokuto, no quiero desilusionarte, pero ¿por qué lo hiciste?- alienta Akaashi con un tono calmado.
Bokuto relaja la expresión y le dedica una mirada.
- Pues...- desvía la mirada algo avergonzado.- Quería darte una sorpresa, Akaashi.
La sinceridad de su novio le sorprende a pesar de haber cumplido los 3 años de noviazgo. Cada día que pasa con Bokuto descubre algo nuevo de él y eso, en parte, le encanta.
- ¿Una sorpresa?
- ¡Si! Una sorpresa...- deja las palabras en el aire un instante.- Es que...veras Akaashi, he leído en Internet que cuando una pareja lleva un tiempo haciendo lo mismo todos los días, uno de los dos se cansa y acaban rompiendo. Y yo no quería eso, por eso mismo pedí consejo a Tsum-tsum y él me dijo que para romper la monotonía tenía que hacer algo atrevido.
La explicación de Bokuto hace que Akaashi alce ambas cejas y se cruce de brazos, escuchándolo atentamente. También maldice a Tsum-tsum por haberle alentado a tintarse el precioso cabello bicolor.
