Salem

1.- Turba

Se había resignado a vivir lejos de su familia, aunque en realidad... Le gustaba la idea de estar lejos de ellos, le resultaba relajante no tener que cumplir con las citas con otros brujos pretenciosos, comportarse como lo marcaban los libros de etiqueta, tener que llenar esas expectativas que tenían de él.
Más que resignarse a vivir en el bosque, estaba deseoso de ello.
Su ansiedad comenzaba a disiparse cuando oía a los pájaros cantar, se había determinado a construir su hogar, feliz, había hecho crecer algunas raíces torpemente para que se enlazaran unas con otras en una especie de techo y paredes, había lanzado varios hechizos de protección para no ser detectado por nadie y por supuesto que se había asegurado de que nadie estuviera cerca de él en algunos kilómetros a la redonda.
El chillido de un coyote contento a su lado le hizo sonreír.
Chris meneaba su cola feliz, traía entre sus colmillos un ave que Tweek que no conocía, o al menos no había visto jamás en el lugar donde solía vivir.
Miró a su canino amigo y tomó la presa que él mismo le ofrecía, de manera calmada tomó asiento en una roca cercana y comenzó a apilar varitas secas para comenzar un fuego. Un fuego muy pequeño y tenue que apenas le iluminaba la cara y calentaba un poco sus manos.
Era mejor así, ser lo más discreto que pudiera, si alguien más lo detectaba por ahí podría atacarlo y por muy brujo que el fuera, no tenía forma de lidiar con alguien físicamente más fuerte y grande, menos en un ataque sorpresa.
Podía oír la voz de Christophe en su mente, susurrante.
"¿No tienes frío? Podríamos buscar un pueblo o algo así, va a oscurecer pronto y deberías abrigarte..."
El rubio río suavemente y negó con la cabeza.
-Estoy bien Chris, tengo una gran resistencia al frío, así que no te preocupes, solo... Comeré y terminaré de hacer nuestro refugio-
El coyote resoplo y se hecho a sus pies, mirándolo atentamente mientras se alimentaba.
Estaba contento de ser de utilidad para su amo.