Vivir en un bosque era demasiado confortable para él, había pasado su tiempo haciendo modificaciones a su hogar y tratando de conseguir libros en los pueblos cercanos, sin embargo, tenía siempre que cuidarse mucho la espalda, le atemorizaba que alguien de los habitantes comenzará a reconocerlo y eso sería problemático.
Siempre había sido educado para pasar desapercibido de los humanos comunes, era peligroso que se relacionara con ellos, eran demasiado paranoicos y ya habían asesinado a varios brujos, aunque era más frecuente que los confundieran con gente común y comenzaran una cacería de brujas.
Incluso en algún punto habían asesinado a una cantidad absurda de personas inocentes por las acusaciones infundadas de unas niñas... Vaya pena.
Tweek, a diferencia de otros brujos, sentía simpatía por los seres humanos comunes y corrientes, le parecía que tenían existencias pacíficas y agradables. Que sus vidas eran hermosas a su modo, sin ningún compromiso ni obligaciones a fuerzas que escapaban de su comprensión.
Ellos eran afortunados.
Uno de esos días recorriendo un sencillo almacén pudo ver una cabellera rubia igual que la suya, un joven delgado y pequeño que se movía gracilmente entre los estantes.
Llevaba un sombrero amplio, como si estuviera protegiendose del sol, vestido en su totalidad de negro, notó una bola de pelo blancuzco alrededor de su cuello y luego una cola rosada que trataba de esconderse torpemente.
Traía en sus brazos una canasta, pudo notar inmediatamente algunas plantas, aunque desconocidas para él, era notorio que tenían propiedades mágicas.
Abrió los ojos totalmente sorprendido cuando se dio cuenta del aura que desprendía aquel chico.
Los ojos azules del rubio más bajo lo miraron con atención y una sonrisa amable y dulce se dibujó en su rostro.
-¿Puedo ayudarte?- preguntó con voz suave. Tweek salió de sus pensamientos sobre el chico y abrió la boca varias ocasiones, su mandíbula tembló erráticamente sin poder decir nada, su voz murió en su propia garganta, pero aquel muchacho no se burló ni se molestó con el, le tomó por el brazo con suavidad y lo condujo a la parte trasera de su almacén, donde había un pequeño jardín repleto de plantas de aspectos diversos y llamativos.
-No sabía que había alguien más de nuestra clase en el pueblo, perdona el atrevimiento, pero... No es común ver a alguien así y que no pertenezca al aquelarre... Mi nombre es Leopold... -
El chico seguía hablando y explicando la situación pero Tweek solo podía repetir una idea en su mente.
En ese pueblo...
Había un nuevo aquelarre...
Nunca había oído de algo así, sabía que para que algo así existiera debía tener la aprobación de su familia, esta comunidad de brujos... No era algo de lo que ellos tuvieran conocimiento.
Se le heló la sangre al pensar en las posibles consecuencias de aquello mientras Leopold seguía explicándole algunas de las propiedades de sus plantas y pociones.
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Salem
FanfictionLa brujería es respetada y temida desde la antigüedad. Aquellos involucrados con ella estarán malditos para toda la eternidad y su alma será devorada por la más oscura y dolorosa miseria.