8.- Nullum

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Era una tortura todo en su vida desde que aquel ser se había presentado en su hogar.
Era un demonio, un poderoso ente sombrío y sádico que se dedicaba a atormentarlo cada vez que había oportunidades.
Lo había obligado a engatuzar a muchos hombres y mujeres inocentes, haciéndolos caer en sus tratos y trampas.
No sólo lo hacía lidiar con la culpa, también solía torturar lo físicamente, siendo el propietario de su alma y su vida mortal, la manipulación de su cuerpo era una de las cosas que más le divertía a aquel demonio, solía atravesarle el pecho solo para aplastar su corazón en su mano, desgarrar su yugular, abrir su estómago y enredar sus tripas con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
Pará Christophe aquello era algo insoportable.
Ver a su ser más querido siendo tratado de tal forma le daba náuseas y le causaba una terrible sensación de impotencia, siempre que intentaba atacar al sujeto retorcido, el demonio siempre lo derrotaba de manera humillante y lo dejaba inconsciente, aún así... El no perdía la esperanza, siempre pensaba en cualquier manera de solucionar aquello, ver a Tweek en ese estado le partía el alma... Y aunque sabía que los de aquelarre estaban a salvo, también sabía que ellos nunca tendrían forma de enterarse de aquel brujo rubio sacrificandose por ellos.
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-Craig Tucker... - se presentó frente a un grupo de inversionistas, empresarios de negocios locales, estaba feliz de decir su nombre y conseguir tratos con aquella comunidad.
Aquella reunión fue breve, su capacidad de convencer a los demás era algo de lo que se sentía bastante orgulloso.
Había hablado bastante con aquellas personas, se quedó tranquilo cuando todos se iban.
Pero notó algo curioso en el aire... Algo que sabía... Estaba sobrando en esa escena...
-Ha sido un placer... Oh... Y me gustaría que la próxima vez... Apareciera en la reunión de manera más activa mi querida dama-
El salón vacío dio espacio al sonido de los tacones de una joven mujer rubia.
El halcón en su hombro miró con atención al pelinegro.
-Lo lamento mucho señor Tucker... Solo... Quería averiguar... No nos ha delatado pero no ha aceptado nuestra protección... ¿Hay algún motivo o intención detrás de este secretismo? -
Craig miró a la mujer, sin dibujar ninguna expresión, estoico y frío como el mismo.
-No está en mis planes perjudicarlos, he venido a este pueblo a producir capital... Y divertirme... Y sinceramente, no les necesito para ninguna de las dos cuestiones... No tengo motivos o intenciones que los relacionen señorita Stevens... Tengo suficiente diversión por mi mismo- concluyó, dibujando una sonrisa amistosa, pero la rubia sintió un escalofrío en la espalda, cosa que su familiar confirmó cuando salió volando con temor al fondo de la habitación.
La rubia sintió la mirada pesada y sombría del hombre frente a ella, escuchó su voz seria hablando de manera falsamente dulce.
-Se con que intenciones vino aquí señorita... Pero me temo que no puedo dejarla proceder- dijo, tomando de manera firme la muñeca de la mujer rubia y la hizo soltar una pequeña daga en su mano, que produjo un sonido metálico cuando cayó en el suelo de madera.
-Por favor... Eviteme la pena de tomar represalias contra ustedes... Y deje ese infundado temor de que les haré daño... - sonrió y luego le dio la espalda a la bruja, mientras esta lo observaba caminando hacia afuera.

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