𝐰𝐢𝐥𝐥𝐨𝐰 | 𝐭𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬 | 𝟗-𝟏-𝟏: 𝐋𝐨𝐧𝐞 𝐒𝐭𝐚𝐫 | 𝐟𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜

capítulo 3

T.K.'s pov.

Todos en la estación me habían preguntado si no había dormido, realmente si lo había hecho, solo fueron dos horas pero lo hice. 

Su otra pregunta era "¿estás bien?", supongo que con mi aspecto era obvio que estaba devastado.

No tenía ganas de verme en un espejo por lo que no me peine ni nada de eso, en casa de Carlos quite el espejo del baño, pero por lo poco que observe mientras retiraba el mismo, estaba hinchado con el rostro enrojecido y muy probablemente tenía ojeras que no ayudaban en lo absoluto.

Me preocupaba que mi padre fuera a verme, por lo que mientras me hacía un café en su amada cafetera cuidaba que no estuviera cerca.

No me sentía con ganas ni el humor de escuchar sermones acerca de sus conclusiones de la noche. No quería hacerlo pensar que la respuesta de Carlos había sido "no", para empezar, ni siquiera le había dado importancia a la respuesta tras la aparición de Alex.

Ayer platicamos un momento luego de encontrarnos, lo último que quería saber era por qué había hecho lo que hizo, pero terminé preguntandolo.

Ese mismo chico por el que me cambio tenía familia de Austin —porque sí, el mundo es muy pequeño— y habían venido con ellos de visita por unos días.

Me dijo que quería disculparse y muy probablemente esperaba una llamada por su parte, pero no quería hacerlo porque como una vez me dijo Carlos que decía su abuela: "donde hubo fuego, cenizas quedan... y algunas cenizas reavivan la chispa".

Buttercup llegó sin su correa a sentarse frente a mi que retiraba mi taza de la cafetera. Inmediatamente llegaron dos pensamientos a mi cabeza de los cuales ninguno era bueno, pero uno si era cierto.

Era seguro que papá estaba cerca pero el hecho de que Buttercup había llegado solo y sin su correa me hizo pensar que papá estaba mal. Sucede que el perro era un animal demasiado listo por lo que me hacía pensar que había venido por ayuda.

Acaricie su cabeza para no verme cruel e ignorarlo, sin embargo, no tarde mucho en retirarme pues inmediatamente me dirigí a los baños para ocultarme de mi padre, pero Buttercup, como dije es un perro listo por lo que, fue tras de mí, sin darme cuenta me rebasó para colocarse frente a mi y pararse en dos patas, supongo esperando que me detuviera.

No quería hacerlo pero lo quité de mi camino para llegar al baño, con mi taza de café aún en las manos, al llegar al mismo me vi frente al espejo, ya no lucía tan mal, pero mi rostro aún estaba rojizo con el recorrido de las lágrimas dibujado en mis mejillas.

Coloqué mi taza sobre el lavamanos, agache mi cabeza mientras abría la llave del mismo para que el agua que caía la pasara frente a mi rostro para lucir un poco más fresco y no fuera tan incómodo de ver.

—T.K. —me llamó Mateo entrando al baño. ¿Cómo sabía que estaba aquí?—, el capitán te está buscando

—Voy en un momento —respondí mientras tomaba una toalla de papel para sacarme el rostro, me miré una última vez en el espejo y,  aunque seguía viéndome mal, había recuperado parte de mi encanto.

Salí del baño para encontrarme con mi papá retirándose sus gafas de sol y colgandolos en el bolso del pecho en su chamarra.

—T.K. —dijo extendiendo sus brazos para recibirme con un abrazo.

Sin pensarlo dos veces fui cual bebé a los brazos de mi padre, a pesar de cualquier cosa que pudiera reprocharle a mi papá sabia que tenía suerte al tenerlo como padre, luego de mudarnos aquí a Austin las cosas habían cambiado y podía asegurar que estábamos ligeramente más unidos que cuando en Nueva York, definitivamente ambos necesitábamos el cambio.