El Negociador (AnaObi) [Traducción]<Hal>

Capítulo 15: Intercambio.

Fue una mala idea. Muy mala idea. Pero Obi-Wan parecía confiado. Anakin no sabía cómo, pero su amante había logrado convencerlo de que lo mejor que podía hacer era rendirse ante el general Grievous, solicitando una audiencia para discutir un trato. ¡Literalmente se arrojaron a la boca del lobo! Con este Jango Fett que probablemente estaba por ahí, a sueldo del líder separatista.

Después de aterrizar en Geonosis más cerca de la Fortaleza enemiga, fueron recibidos por un ejército de droides y Obi-Wan declaró con calma que habían venido a negociar la liberación del Jedi Qui-Gon Jinn.

Y ahora allí están rodeados por cientos de droides, marchando hacia donde les espera su peor enemigo.

— Cálmate, Anakin —le susurró Obi-Wan— -. Eres demasiado... expresivo... puedo sentirlo en nuestro vínculo.

- Oh, lo siento, no es como si estuviéramos caminando hacia la muerte - dijo secamente el Padawan -. Y que tuviera que protegerte.

- Es mi decisión.

- ¡Había otras cosas que hacer además de rendirse!

- Porque pensaste que saltar a un lugar desconocido lleno de un ejército de droides sería igual de inteligente - replicó el senador.

- Deberíamos haber llamado al Consejo, ellos habrían...

-… más despacio - interrumpió -. Nada indicaría que llegarían a tiempo para salvar al Maestro Jinn. 

Anakin no tuvo respuestas más adecuadas, nunca los refuerzos podrían haber llegado a tiempo para ayudar a su maestro. No había tenido ninguna información al respecto. Estaba preocupado por el destino de Qui-Gon, pero aún más por el de ellos, porque estaban sumidos en la ignorancia, sin conocer a sus enemigos. Y temía que su primera misión fuera un fracaso.

Confía en mí. Escuchó en el enlace.

Miró a su compañero, quien lo ignoró, sin dejar de mirar al frente. La calma y el aplomo que dominaba eran admirables, tan admirables como si fuera Qui-Gon. Anakin comenzó a pensar que Obi-Wan habría sido un Jedi formidable si no hubiera dejado la Orden, tan impresionante como su maestro.

Llegaron a una sala enorme, con paredes de arena, donde había una gran mesa redonda. Los protectores contra insectos de Stalgasin estaban a cada lado de cada individuo sentado alrededor de la mesa. Anakin reconoció a algunos de ellos, incluidos Nute Gunray, el virrey de la Federación de Comercio y Jango Fett, de pie junto a un cyborg Kaleesh de seis pies de altura, que imponía una presencia tan oscura, que el joven Padawan se acercó a Obi-Wan. Los ojos de esta criatura se habían posado en el senador que sostenía su mirada, sin ningún temor.

- Senador Kenobi, estoy encantado de darle la bienvenida a nuestra humilde morada - dijo burlonamente con una voz robótica y seca -. He oído mucho sobre usted. 

Se instó a Obi-Wan a sentarse, algo que él no rechazó. Anakin permaneció alerta a su lado. Desafortunadamente, le habían quitado su sable de luz y lo extrañaba profundamente.

- Me imagino que tengo frente a mí al infame general Grievous - dijo el senador.

- Veo que mi reputación le ha llegado, senador, me siento halagado. Pero vayamos al grano. Si estoy encantado con tu presencia... algunos de mis ... compañeros no lo están. ¿Puedo darme la razón de su visita? 

Anakin se sentía invisible para Grievous, pero prefería no decírselo a ella, sentía en su vínculo una tensión extrema proveniente de Obi-Wan, temía que su intervención pudiera hundir las probabilidades de estos últimos para lograr negociaciones exitosas.