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Primer cargamento de droga, completado

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Primer cargamento de droga, completado.

E:listo,cincuenta para mí y los otros cincuenta para ustedes

G:perfecto Emilio,muchas gracias

A lo lejos, siendo vigilados por la vista de águila de Gustabo,estaban Gringo y Horacio hablando de sus temas.

Gri:entonces ¿Pintas tu cresta tú solo?

H:claro,no es muy difícil

Gri:yo tengo que ir a una peluquería y pagar fortuna por decolorar estás mierdas

El moreno dijo aquello mientras tocaba un par de esas rastas que eran parte de todo su cabello.

H:al menos te queda bien

Gri:a ti también te queda de puta madre los colores de tu cresta

Horacio se sonrojó ante eso,aunque se vió obligado a tener que dejarlo,ya que Gustabo se estaba yendo sin él.

Gri:nos vemos Horacio

H:¡Adiós!

Horacio movía su mano saludando en general mientras corría tras su hermano.

Ambos se subieron al mini auto que Horacio se había comprado y fueron a su piso a dejar el dinero y tal vez mirar alguna serie juntos,como hace tiempo no hacían,ya que el rubio siempre decía tener cosas para hacer o simplemente estar cansado,aunque se podía ver en su cara y rutina general que no estaba descansando bien y que se estaba descuidando mucho más que antes.
Tenía unas oscuras ojeras bajo esos maravillosos ojos celestes,tenía la piel más pálida de lo que esta ya solía ser por naturaleza y ya casi no comía con Horacio,tal vez le robaba algo de su plato de vez en cuando,pero desde hace unos días que no se comía un plato él solo.

Lo que el rubio estaba pasando era una pelea de personalidad en sus interiores, Pogo y él peleaban constantemente,ya que la primera identidad quería ser oficial en el rubio,por ende,quería ser el que tome las decisiones,quería ser el que lleve a cabo los planes,quería ser la persona y que Gustabo solo sea el espectador,como Pogo lo había sido durante mucho tiempo.

Por las noches no podía dormir debido a todas las voces que gritaban en su cabeza y hacían lo posible por bajarle el ánimo. Ya no era solo Pogo,eran muchas más,graves,agudas,algunas sonaban como la voz que tenían él y su amigo cuando eran apenas unos niñatos.
Su cuerpo sudaba en abundancia cuando sentía que las voces le sobrepasaban y a veces sentía miedo de que Pogo tome el control de todo. Esa personalidad tenía un amor hacia Horacio mucho más fuerte que el cariño de el rubio mismo,siendo capaz de cometer atrocidades por el de cresta.

(...)

Esa noche no era diferente.
Después de estar duchándose durante vario rato,salió envuelto en aquella blanca toalla y con un tenedor aparte robó algunos pedazos de comida de el plato de Horacio,quién estaba mirando algunos videos en su teléfono con auriculares puestos.

Hazme caso a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora