CAP7. LA PASION QUE SE DESCONTROLO

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A las diez de la mañana un jueves normal en la casa de la familia Rogel, la casa esta en silencio porque las niñas están en el colegio, el enfermero Guillermo trabaja de 8 de la mañana a 12 del medio día, así que para las diez él está arriba en la habitación de Sharon y el señor Rogel por lo regular estuviera en su estudio trabajando con sus planos de ingeniería, pero este día era diferente. 

Este día no se encerró con su café y su cigarro mañanero para trabajar con su laptop y entre sus libros, este día entró a la cocina y mi cuerpo se tensó.

- ¿Me preparas un café?-

- S..sí claro-

"Taza grande, café negro con dos cucharaditas de miel de agave" Repitió mi mente en automático. Mis nervios estaban a tope porque sabía que me estaba observando. Su mirada no era normal como todos los días. Entre nosotros había un secreto que fue revelado anoche gracias a mi imprudente cantidad de alcohol ingerida.

Escuché sus pasos moverse y por dios que me contuve tanto para no girar mi rostro y saber a donde iba, no quería que se alejara, pero tampoco quería que se acercara, de por sí con sentir su mirada sobre mi cuerpo ya estaba hirviendo algo en mis entrañas, aunque no tuve que esperar mucho tiempo para saber a donde dirigió sus pasos, porque lo sentí detrás mío.

Su aroma se acercaba y su presencia... ese espacio personal que sientes invadido cuando alguien se acerca demás a tu cuerpo y aunque no te toque se eriza la piel, no debí abrir la boca anoche ¿Cuántas veces te he dicho Manuel Fernández que guardes tus ideas para ti? Ahora estoy todo nervioso, no pude dormir y no he podido mirar a los ojos del señor Rogel, una brasa ardiente recorrió mi cintura y mi instinto me dijo que bajara la mirada a ese lugar, era su mano, mi aliento se corto de tajo y toda mi piel se estremeció.

No se de donde saque fuerzas para hablar ni tengo idea de cual era mi tono de voz solo sé que me escuchó.

- S..señor Rogel-

- Lolito-

Su voz salió como un suspiro y su tono empujó mi cabello por su cercanía haciendo cosquillas en mi cuello, mi cuerpo reaccionaba tan natural y descarado ante su toque, que levante mi rostro disfrutando su respiración sobre mi piel y mi espalda toco su torso, ni en mis mejores sueños a su lado sentía este calor intenso recorrer todo mi ser como lo estaba haciendo en ese momento, y eso que apenas se había acercado.

Desde un principio mi cuerpo me traicionó, desde que lo vi la primera vez inclinado en el cerco de madera, desde entonces mi cuerpo sabía lo que quería aunque yo me lo negara, y ahora que tenía su mano en mi cintura todo mi mundo giraba.

- Debo... irme-

- ¿A donde?-

Su tono de voz estaba jadeante como el mío, eso solo me hizo dudar más de la idea que había tenido, de las mil ideas que había tenido de echo: tengo ropa que guardar, una junta en el primario, la manguera del patio se derrama ¡No sé! Cualquier pretexto que me alejara de allí era buenísimo, hasta que su tono de voz borró mi cinta y mis labios gimieron.

- No lo sé~... s..solo necesito alejarme-

- ¿De qué?-

- De usted~...-

Era obvio que mis palabras decía una cosa y mi cuerpo otra muy diferente, si no, el señor Rogel habría respetado mis argumentos, pero eran en absoluto, completamente inválidos, cuando mis piernas temblaban y mi espalda se rosaba con su cuerpo ¿Quién podía creer que quería irme de allí? Si acaso a la cama, con él, pero dios¡¡ deja de pensar idioteces.

Sus manos me giraron y sin ninguna resistencia por mi parte estaba frente a él, jamás, en la vida real, lo había tenido tan cerca, respiraba su aliento y mis manos tocaron sus hombros en un ridículo intento de mantener distancia.

MI PECADO DE AMOR (MANGELITO EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora