El Principio de un final

15.

Me encuentro sentado en el suelo con las piernas enrolladas hasta el pecho y mi cara entre ellas.

Ha pasado como una media hora desde que Emma se pudo mal. Pero nadie ha salido a decirme nada. Tengo mucho miedo, de que no resista y se vaya.

—Hermano—Me llaman

Levantó la mirada encontrándome a Carlos parado enfrente de mí, con un vaso de café en la mano

— ¿Jey, que pasa?, ¿por qué estas así?, ¿Emma está bien? — Lanza una pregunta tras otra angustiado.

Niego— No lo sé, estaba con ella y se puso mal. Las máquinas comenzaron a pitar fuertemente. —contesto mirando a un punto X.

—Tranquilo, va a estar bien.

Se sienta a mi lado.

—¿Como estas tan seguro? —Le miro.

—No lo estoy, en esta vida nada es seguro. Solo sé que tenemos que confiar y tener fe. Emma es una persona fuerte estoy seguro que saldrá de esta.

Asiento—Ella es fuerte y saldrá de esta—repito sus palabras con desgano.

— ¿Que sabes de Tom? —Pregunto rompiendo el silencio— No ha venido, ni lo he visto.

Suspira pesadamente

—No tengo ni idea de donde esta —se rasca la nunca_ A él creo que si lo perdimos, Jey, ya no es el mismo.

—No entiendo su cambio—pauso—en realidad no entiendo nada de lo que está pasando.

Me mira extrañado por mis palabras.

—Ahora soy yo el que no te entiendo.

—Todo esto es tan irreal. Conocí a Emma, me ayudó sin yo pedirlo ahora ve donde está, entre la vida y la muerte. Tom vuelve a las drogas, cuando ya tenía más de tres años sin consumir o competir. No entiendo nada esto—Exclamo frustrado. — No entiendo que quiere hacerme la vida, cuando estoy feliz hace que todo eso se vaya a la mierda y vuelva la tristeza. Nada de esto estuviera pasando si no hubiera salido de mi burbuja, a ella jamás le hubiera pasado nada, y Tom no hubiera cambiado

—Jey, deja de decir estupideces. Tú no tienes la culpa de nada, entiéndelo de una buena vez. Lo del accidente nadie sabía lo que iba a pasar, y lo de Tom, por más que me duela, ya él es grande y sabe lo que hace, el tendrá sus motivos para hacerlo.

Seguimos sentados en el suelo. El me dice todas esas cosas sin mirarme, solo mira un punto fijo en la pared. Sé que a él le duele tanto como a mí todo lo que está pasando.

Carlos, todos estos años ha estado pendiente de Tom y de mí. El es una persona muy fuerte, puede estar muy mal pero jamás lo hace notar.

—Gracias—Me mira confundido por el cambio.

—¿De qué hablas? — Dice frunciendo el ceño.

—Gracias por todo lo que has hecho por nosotros—Trata de hablar pero no lo dejo— Se que nunca te lo había dicho, pero eres mi hermano siempre te he considerado como eso. Sé que he cometido muchos errores, pero tú jamás me abandonaste, a pesar del mal carácter, de mis desplantes, de mis arrebatos. Siempre has estado ahí para mí.

—Sabes que no tienes que agradecer, prometí ayudarte y cuidar el día que te conocí, y eso fue exactamente lo que he hecho todo este tiempo

—De igual forma, porque tu... Cuando quería rendirme, me motivaste a seguir y eso jamás lo olvidare.

El me mira con una sonrisa de oreja a oreja. No sé porque últimamente he querido decirle a todos lo que siento o como me siento. Agradecerles por todo. Solo me falta Tom.

—Familiares de Emma Campbell. — La voz del doctor me saca de mi ensoñación.

De una manera rápida ya no encontrábamos frente al doctor.

—La señorita sufrió una crisis, en estos momentos logramos estabilizarla. Las siguientes horas son críticas. Pueden pasar a verla, pero solo una persona a la vez— Informa para luego retirarse de la sala.

Es ahí donde me doy cuenta que todo no es color de rosas. Que la felicidad no dura para siempre.

Que debemos aprender a valorar. Antes de que sea muy tarde.