"En la vida muchas veces se sufren y otras no"
Esa frase puede llegar a tener mucho significado; ya que son muchas la veces que no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. En un abrir y cerrar de ojos todo se pierde y todo se acaba...
Allí estaba yo... Jey Relish en un bar, bebiendo y drogándome. Acabando con mi vida poco a poco. Vivo en con un gran vacío. Estoy solo no tengo a nadie. Soy prácticamente la oveja negra de la familia.
Desde niño no soy la mejor persona, pero a medida que fui creciendo empeore comencé a tomar y meterme en peleas, hasta que un día termine drogándome y me terminaron echando de casa.
Vivo digamos que con unos amigos. Sobrevivo vendiendo droga eso me ha llevado a ver estado muchas veces en la cárcel.
Nunca me he enamorado ni lo pienso hacer. No tengo ni idea de que signifique eso o que se sienta. Me levanto cada mañana esperando el día de mi muerte, el día en el que ya no esté en este mundo, el día que deje de ser un estorbo para todos.
Ese día es el que más anhelo
—Carloooos daaame otrrro tra...hip...go—digo arrastrando las palabras.
El me mira en forma reprobatoria mientras limpia los vasos.
—No. Jey...ya has tomado mucho—me regaña—Y ves, haz fumado demasiado.
Giro los ojos, el siempre se cree mi padre que flojera.
—Ya te he...hip...dicho que no eres mi padre —lo apunto acusatoriamente.
—Se que no lo soy —me mira mal —pero eres mi amigo y no me gusta verte de esta manera —me señala de arriba a bajo
Se cruza de brazos mirándome desafiante.
—Me canse —me levanto de golpe—Me voy.
Como pude caminé hasta la salida del bar, digo como pude porque en ese momento no podía ni con mi alma.
Serían como las 4 de la mañana y yo caminando por las iluminadas calles de New york.
Sin conseguirme a nadie en todo el transcurso del camino. Estaba borracho pero recordaba perfectamente en dónde vivía y qué camino tomaría.
En el recorrido pasó por un enorme puente, camine hasta las barandas recostándome a este y viendo lo bonita que se ve el agua con el reflejo de la luna.
Muchas veces he tenido pensamientos en donde me tiro de este, pero soy muy cobarde como para acabar con mi vida por mí mismo.
Suspiro pesadamente -sigo mi camino.
Después de como unos treinta minutos llego a mi destino. Una pequeña casa donde vivo con unos amigos, pero por lo que veo no hay nadie. No pongo mucho cuidado sigo de largo hasta que llego el que se supone que es mi cuarto que está hecho un chiquero.
Hay momentos en los que pienso que hubiera sido de mi vida si fuera diferente, si no bebiera, si no me drogara ¿Tuviera una familia? o ¿alguien con quien compartir mis días? pero no tengo a nadie.
Sí, me acuesto con muchas chicas, pero nunca término recordando sus nombres simplemente me levanto y me voy de ahí.
Me encuentro en un maldito hoyo negro en el que nadie podrá salvarme, en el que ni siquiera, si yo quiero salir puedo hacerlo.
Estoy jodido hasta la médula, no puedo durar ni un solo día sin beber o meter cualquier cosa a mi cuerpo.
Solamente me queda soñar con una vida perfecta la que jamás voy a tener.
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