"En la vida muchas veces se sufren y otras no"
Esa frase puede llegar a tener mucho significado; ya que son muchas la veces que no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. En un abrir y cerrar de ojos todo se pierde y todo se acaba...
—Gracias, de nuevo por salvarme—Vuelve a decir cuando ya estábamos enfrente de su casa.
Niego— Ya te he dicho que no debes agradecer, lo he hecho por el simple hecho de que no dejaría que maltratase a una mujer.
Me sonríe
—Está bien.
Dios su voz es hermosa.
Cállate estúpido, que piensas.
—Espero volverte a ver— No supe porque las palabras salieron por sí solas.
—Lo mismo digo, Adiós
Se despide para entrar en su casa.
—Adiós—susurro.
******
3:00AM.
—Ya Jey. Por el amor a dios deja de meterte esa porquería
Carlos inquiere molesto.
—Cállate, déjame en paz — Le digo con calma.
Inhalo de la droga que tenía en la mesa ya separada. Siento como mi cuerpo se relaja completamente; Como si estuviera volando en una nube, Pero ya en mi nube no estoy solo veo la linda cara que salve esta mañana, como me sonríe.
Me siento como si no fuera yo.
Por un momento me tomé la libertad de pensar que entre ella y yo podría pasar algo, que podría tener un futuro fuera de toda esta mierda. Sabiendo que estaba en un maldito hoyo negro, quería saber que se sentía ser feliz y tenía en claro perfectamente que esa chica que acababa de conocer lo tenía todo.
Comienzo a reírme a carcajadas por pensar estupideces. Hasta que siento una presión en mi pecho, como se me va cortando la respiración poco a poco.
El pánico entra a mí como una ráfaga de viento, Veo a mi alrededor y todo me da vuelta busco con la mirada a Carlos y ya no estaba a mi lado. No supe el momento en el que se había ido.
Lo llame, pero mi voz salía como susurro, trate de levantarme del piso en el cual ya había caído no pude, mi cuerpo no pudo. La respiración cada vez se volvía más acelerada, como mi pecho subía y bajaba a gran velocidad.
Estos es lo que merezco, Soy un maldito idiota.
Dejó de luchar y voy sintiendo como mis párpados se van cerrando por si solos, como cada vez me falta más la respiración.
—¡¡JEY!!
Fue lo último que escuche hasta que todo se volvió totalmente negro.
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