Back to Black 🖤 Kaneki Ken 🔞

🖤 13

Shirazu llegó a casa, sorprendiendo a su superior y a sus compañeros ante su nuevo cambio de cabello.

– ¿Qué...Qué te pasó...Shirazu...? –preguntó Haise, con una sonrisa algo nerviosa.

– ¿Quién te cortó el pelo? –cuestionó Mutsuki.

– Hayashimura originalmente quería ser peluquero –dijo Saiko entre risas.

– Oh...

– Qué... ¿Hiciste algo malo de nuevo...? No me enojaré, sólo dime.

– Lo siento, ¡A todos! –se disculpó, haciendo una reverencia de 90°.– He estado retrasando a todos últimamente...Yo...me volveré un líder más fuerte...

– Shirazu...

– Shira-calvo...

«Cambiar tu peinado así sin más...Definitivamente es algo que un simplón como tú haría», pensó Urie, ignorando al contrario mientras leía el periódico.

Shirazu se incorporó y miró a aquel de cabello oscuro.

– Urie –llamó.

El nombrado giró la cabeza, mirándolo con cierto disgusto.

– Gr-Gracias. Pude volver en sí gracias a ti.

– Ah...Oh...

«¿Por qué esto se puso así? (Desagradable)...», pensó.

[HySy ArtMask Studio, Distrito 4]

Tn se colocó aquella máscara y se observó al espejo, le quedaba perfecta y era hermosa.

– Me encanta.

– Se te ve bien.

– Eres genial, aunque...parece que fuera a una fiesta privada de la clase alta o algo así –rió.

– Souta me pidió que la hiciera así, para poder colarte en eventos ghoul de alta clase.

– Ya veo.

– Y esta es tu máscara de payaso –le entregó otra.

La joven se quitó aquella máscara negra, la dejó sobre la mesa y tomó la otra para observarla.

– Parece una máscara de carnaval...pero hecha de cerámica.

– Sí, pensé que ese detalle quedaría bien.

– Me gusta, veamos... –se la colocó y se miró al espejo.– Es genial.

– Te ves bien.

– Gracias –lo miró.– Eres genial, Uta.

– Es un placer complacer a un cliente –rió.

– Entonces...seré "Creepy Bunny", "Black-swan", y...

– ¿Venecia?

– ¿"Venecia"? –repitió, mirándolo.

– Es una máscara estilo veneciana, podría ser un buen nombre.

– Oh...Sí –volvió la vista al espejo.–, supongo que tienes razón.

[Días siguiente]

El timbre sonó un par de veces, hasta que logró despertar a la chica, quien cayó del sofá.

– Mierda... –murmuró.

Se levantó con algo de dificultad, pues la caída le había dolido en sus huesos, y se encaminó aún media dormida hacia la puerta. Al abrirlo, vio a aquel investigador de cabello blanco y raíces negras del otro lado.