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—¡Una maravilla el tener presente a alguien como usted! ¡Tan frágil y puro, usted sí que será volátil con nuestras epopeyas! —grita la voz aguda y desaliñada de un ser con un rostro idéntico al mío, con ojos de lujuria y porte tembloroso.

Todo está perdido ya que dentro mío solo están ellos.

—He de ceder a tu merced, a la voluntad de ustedes, que sí de vivir se tratase, no podría hacerlo por mi cuenta. —arrojando mi voluntad al suelo, recargo en mis palabras y me acomodo boca arriba mirando a la nada.

—¡Claro que haces bien! ¡Los excesos y pecados que guardas no harán más que marchitar tu joven alma! —algún otro <<Yo>> con voz grave y rencorosa gritaba a lo lejos— Deja de perder el tiempo, diviértete un rato, entregate al placer.

—Entregate a la soledad.

—Entregate al rencor.

—Entregate a tus alucinaciones.

—Entrega todo de ti hasta destruir cada parte de lo que aparentaste ser y reclama este cuerpo, ¡Esta mente!

Todas esas voces que utilizan mi apariencia como máscara, ordenan que reclame quien soy. Me exigen ser quien soy, encadenado a vivir todos los males que ellos deseen. yo...

—¡Yo me entrego a su voluntad, estando atento a sus anécdotas y cantares malignos! ¡Tomen mi audición, mi visión, mi pensamiento y alma! ¡Que ya nada importe, pues destruido estoy y renacer es perderse en la muerte! Así que les ruego permitirme recitar

Como el silencio me trajo a este lugar.

Cántares De Un VagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora