02

12 3 0
                                    

Respira, respira mientras crees que el silencio no puede corroer la pequeña consciencia que le queda a tu existir, porque la voz de tus pensamientos siempre tiene el mismo volumen y siempre es igual de escuchada. Respira, respira en el aullido ligero del ir y venir de la vida a la que te aferras con una acción tan simple de la cual incluso te olvidas de efectuar. Respira y escucha como, sin importar cuan conciente estés de ello, tu voz está sobre ese silencio absoluto, sobre ese vaivén del oxígeno que llena nuestro cuerpo y nos da tranquilidad o nos asfixia de dolor. Tú y solo tú puedes identificar los millones de veces que esta voz te habla, porque ¿A quién le pertenecería si no fuese a ti?

Cambia, contradicción o no, eres capaz de recordar el más mínimo detalle de tu ser, cambia, siendo así una desagradable sorpresa volver a los espejos en los que hay algo distinto e irreconocible que usurpa tu ya construida y resignada apariencia, que suele ser agitada bruscamente en gritos amordazados provenientes de encerrada identidad, divulgados por medio de dudas poco éticas y actos impulsivos realizados en propósito de protesta, alterando la respiración. Cambia haciendo creer que la voz que te habla es fácil de domar, cambia por que el exterior es más de fácil de camuflajear, no puedes acallar esa voz, pero ¿Podría cambiar con tu falsa identidad? Porque ¿A quién le pertenecería si no fuese a ti?

Exhala con tranquilidad, exhala con fuerza e intenta apagar tu incandescente ignorancia, porque el viento que acaricia tu rostro no es el mismo que dejas ir, vuelve al exterior, contaminado de coexistir en tu interior, tan solo por segundos, usado el tiempo que se lo permitan, vuelve afuera, sin ser lo que fue alguna vez, consumiendo todo lo que solía comprender como suyo y único desapareciendo tras revolcarse con bocanadas inseguras que son olvidadas constantemente, sin valor a quien entra o quién sale, reutilizado nuevamente por otro depredador de identidad que repite el proceso de metamorfosis de personalidad, reciclando y deshechando los frívolos pensamientos a la par de dudosas personalidades tragadas y calcinadas por llamas ególatras victimistas. Con una voz nueva, incomprensible e infectada de el viejo interior que te cambia, a esa voz tuya que solía hablar con presencia, que ahora no es más que un suspiro cauteloso, ceniza de identidad, que sobrevive al olvido, su insabora actitud e ilegible comportamiento, con toda su fuerza pregunta ¿Podría morir con tu nula identidad? ¿Podría exhalar con tranquilidad, aquello que te hizo dudar? Sin embargo, mientras pisotean con afiladas mofas a esa inocente voz, la marea de la lógica te arrastra a la costa de la razón, con ojos perdidos, entre corazones marchitos, es claro ejemplo, esta voz, susurro de identidad, pequeña ascua de autenticidad, esta voz ¿A quién le pertenecería si no fuese a tí?

—Reclamarse como propio es la verídica y más pura forma de demostrar autenticidad, no es una simple lista de pendientes la cual se puede abandonar, ya que incluso después de la muerte, no quiero que sea un enigma el quién era yo en realidad.

Cántares De Un VagoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora