Planetas brillosos.

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Capítulo 34: Planetas brillosos.

—Así que ustedes dos están saliendo —concluyó Michael analizando a ambos de sus amigos.

—Sí —Ashton esbozó una pequeña sonrisita nerviosa, puso su mano encima de la de Luke y se aferró a ella.

—Bien... —al notar el ambiente pesado Luke se deslizó fuera del sillón y le dio una mirada fugaz a Ashton antes de ir hacia la fila para ordenar un café, se había termiado el suyo y a pesar de no tener ganas de otro, no quería estar en medio de ellos.

—No creo que pueda perdonártelo.

—Mira, Michael, estoy tratando demasiado. No sabes lo dificil que es esto para mí. Pero por primera vez en mi vida me siento a gusto con alguien; uno no escoge de quién se enamora, su edad, sexo, país, nada. Simplemente ocurre. Y sí estoy enamorado de él, pienso presentárselo a mi madre —rascó su nuca incómodo. Alzó un poco la mirada para comprobar que Luke no hubiera escuchado nada de eso, para su suerte él a penas estaba hablando con la chica de la caja.

—No te creo. Ni siquiera creo que lo quieras —se cruzó de brazos. Ashton rodó los ojos y sacó su celular, comenzó a teclear el número que sabía de memoria. Colocó el celular sobre la mesa, no sin antes haberlo puesto en altavoz. Inmediatamente una mujer habló.

—¿Todo está bien, mi vida? —su dulce voz sonaba casi igual a través de una línea telefónica que en persona.

—Sí, oye tengo algo que decirte —Michael frunció el ceño. Realmente iba a hacerlo.

Claro. 

—Eh... esto sonará un poco raro, loco, pero estoy con alguien. Más específicamente, un chico—aclaró su garganta un poco, podría haber jurado que a Michael casi se le sale la mandíbula de su cráneo. Hubo un silencio incómodo y prolongado al otro lado de la línea. Ashton pensó que la llamada se había cortado.

Eso es un poco loco, ¿No crees? ¿Es una especie de broma? —aunque no podía verla, sabía que seguramente habría lágrimas en sus ojos. Pero no sabía si eran buenas o malas.

—Es verdad. Su nombre es Luke y bueno, a penas empezamos ayer pero realmente me importa y creo que quiero estar con él. Mucho tiempo —se tensó al sentir los labios de Luke sobre sus mejillas. Y rió un poco al notar que había escuchado lo que dijo—. De hecho está aquí, te lo paso.

Mi vida, no... —ignoró el comentario de su madre y le extendió el celular a Luke, quien negaba freneticamente con la cabeza y las manos. Mientras articulaba silenciosamente "Por favor, no", con sus labios. Ashton sonrió y le extendió más el artefacto.

—¿Hola? —mordió el piercing en su labio, los nervios lo carcomían. Escuchó una pequeña risa del otro lado del teléfono. No sabía con quién estaba hablando.

Hola, ¿Cómo te llamas?

—Luke... —miró a Ashton de reojo, estaba entumido en su asiento, hecho una pequeña bolita que trataba de no reír—. Perdón pero, ¿Quién es?

La mamá de Ashton —sus ojos se abrieron a más no poder, levantó su mano y le mostró a Ashton el dedo de enmedio. Él soltó su típica risa de niño hada—, Anne

—Esto es incómodo, perdón. Hola —repitió y escuchó otra estruendosa risa. Sabía de dónde había heredado esa peculiar y contagiosa risa ahora.

Así que eres el novio de mi hijo... —comentó despreocupadamente, casi en un tono burlón. La madre de Luke jamás podría estar tan calmada con un tema como este.

—Sí, digo, no llevamos mucho pero sí.

Sólo no lo lastimes, es un sensible, debajo de toda esa facha de galán —se burló de él nuevamente.

—Nunca lo haría, Señora.

Dime Anne.

—De acuerdo, perdón, Anne pero creo que Ashton quiere hablar con usted —sonrió antes de extenderle el celular de nuevo a Ashton y salir corriendo de Starbucks para reírse a carcajadas, estaba sentado en la acera mesiéndose a la derecha y a la izquiera, riendo tan fuerte como sus pulmones le permitían. Cuando Ashton lo vio así, sonrió porque sabía que con ese chico quería compartir todo. Largas caminatas, buena música, cafés amargos, películas de terror y comedia, espaguettis bien preparados, chistes mal contados, un Jack Daniels bien frío, noches heladas y mantas que los protegieran, lunares, medianoche, autopistas, sonrisas, libertad, puntos suspensivos y deseos cumplidos, estrellas e infinitos, colchones vacíos, planetas brillosos, ventanas rotas y esperanza.

Straight //lashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora