Peces gays.

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Capítulo 4: Peces gays.

A la mañana siguiente el sol era hermoso, el aire fresco y no había nubes en el cielo. Después de haber hecho su cama, Luke salió al pequeño balcón que tenía su habitación y fue por algunas hojas de especias que podría usar para una rica sopa. Regresó a la habitación y comenzó a poner los ingredientes que deseaba degustar, en una pequeña cocineta que se había traído de su casa. Ashton se incorporó a su cama y el estómago le rugió, demándandole comida al oler la sopa que su compañero había preparado y ahora se encontraba comiendo. Se levantó de la cama y se fue al baño a darse una buena ducha, supuso que Luke ya lo había hecho pues estaba con el uniforme y se veía arreglado. Al salir, no había señales de Luke. 
Durante la mitad del día estuvieron separados, no tenían ninguna clase en común pues a Luke le interesaban las plantas y a Ashton el océano y los peces. Cuando ambos volvieron a la habitación no se miraron, Luke comenzaba a entender que Ashton realmente lo destestaba y no era de esas personas que le ruegan demasiado a otras, tenía dignidad... poca, pero aún tenía. Ashton le daba la espalda y hacía sus deberes mientras que Luke leía un libro mientras otra de sus deliciosas sopas estaba en proceso de cocción. El estómago de Luke hizo un extraño ruido y su compañero rió.

—¿Tienes hambre? —interrogó mientras volteaba un poco su silla para poder verlo.

—Algo, pero ya está lista mi sopa... ¿Quieres comer algo? —sintió que sus mejillas se coloraban porque tenía miedo de que lo rechazara olímpicamente como lo hizo desde el segundo en que se enteró que sentía atracción por las personas de su mismo sexo. Esta vez, Ashton sonrió timidamente y salió de su silla para sentarse ahora en el suelo, frente de Luke.

—¿Qué es?

—Sopa de vegetales; zanahoria, algo de papa, arroz y pedacitos de pollo.

Le extendió un pequeño plato blanco y una cuchara, Ashton tomó algo de aire y metió la cuchara con llena de sopa en su boca. Sus ojos reflejaron una expresión única, le había encantado la sopa. 

—¿Está buena, eh? —sonrió triunfantemente al ver que por fin hacía algo que le agradaba a su inalcanzable compañero de cuarto.

—Sí, supongo —se encogió de hombros, restándole importancia al asunto. No quería admitir que su sopa estaba deliciosa—. ¿Te gusta cocinar?

—Sí, a veces...

—¿Qué hay de la planta de allá afuera?

—Es albahaca, si la necesito para cocinar simplemente voy y arranco lo que necesite en lugar de comprarlo.

—¿Te gusta cocinar o plantar cosas?

—Ambas cosas. A ti te gustan los peces, ¿Verdad?

—Sí —sus ojos se iluminaron, amaba los peces desde niño. Disfrutaba verles nadar y admiraba sus colores y tamaños, a veces deseaba ser un pez y poder ir a donde él quisiera sin necesidad de tomar un avión o tener una visa. Sin fronteras ni límites más que su imaginación.

—Y el pez que tienes, ¿Qué hace?

—Es una variante pequeño del delfín... —antes de que pudiera continuar Luke lo interrumpió con demasiado entusiasmo:

—¿Así que es un delfín? —Ashton rió ante ese tonto comentario.

—No, no lo es, pero como parece un delfín pequeñito a veces les decimos Delfínes. Es un pez de nariz corta, lo importé hace tiempo. 

—¿Y no se sente tan solo estando allí sin otro pez?

—No, es una raza muy cruel. Si intentas traer a otro pez y juntarlos, el pez de nariz corta le gruñirá al nuevo.

—Bien dicen que las cosas se parecen a sus dueños... —bromeó pero Ashton estampo la cuchara contra el suelo.

—¡Ey! —gritó y frunció el ceño—. Sólo está siendo selectivo con quién ser o no ser amigo. 

Hay algún pez, que sea... ya sabes, ¿Gay?

Sí, hay muchos a los que les gusta estar con peces de su mismo sexo.

¿Y hay peces a los que no les gusten los otros peces gays? —Ashton lo fulminó con la mirada y por un momento se sintió mal acerca de cómo trataba a Luke—. Sólo estaba bromeando...

El teléfono de Ashton comenzó a sonar, él se levanto y se encerró en el baño, esperando que Luke no pudiera escuchar su conversación. 

Cuando Ashton comenzó a subir el tono de su voz, Luke pudo escuchar que hablaba de él, y que no decía cosas muy agradables. Se sintió extrañamente mal porque había pensado que habían comenzado a formar una peculiar amistad. Pero se equivocó. Llamaron a la puerta así que se levantó y atendió. Era Michael. Se hizo a un lado y el pelinegro pasó a su cuarto.

Le extendió el pañuelo que le había prestado en Cálculo.

—Muchas gracias.

En ese momento Ashton salió del baño. 

—¿Me echabas de menos? —sonrió cinicamente y al verlo pasar, tanto Luke y Michael hicieron una mueca.

—¿Qué tal la planta que te di? —cambió de tema agilmente.

—Es un poco complicada, pero puedo arreglármelas —Luke sonrió satisfecho. 

—Si tienes cualquier problema dímelo. Ya te avisaré cuando sea necesario echarle fertilizante. ¿Quieres jugar algo? 

—Sí, claro —Luke se paró del suelo y fue por un juego cualquiera, lo puso en la consola y ambos empezaron a jugar—. La música está muy bien —alagó Michael.

—Ey, que no es solo música concéntrate en el juego o te ganaré. 

—Ay, sí, perdón —ambos rieron.

Ashton volteó a verlos desde su escritorio y por un instante fugaz, sintió como si le hubieran enterrado una aguja en el estómago al ver la cercanía que mantenía Michael con Luke. ¿Celos? Qué va. Por supuesto que no. 

Straight //lashtonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora