Muevo mi pierna inconscientemente por los nervios, no puedo creer o no quiero creer lo que acaba de pasar. Os juro que Ian era la última persona que pensé que perdería y menos por una barbie cabeza hueca como lo es Caroline. Me sorprende que Ian pensara así de mí y no haya sido capaz de decirme nada, joder, ¿le costaba mucho decirme la verdad y haberme ahorrado ser el hazme reír de ambos especímenes?
Puede que si tuviera los huevos suficientes y me hubiera dado una explicación de todo, habría desaparecido de la vida de ambos y todos tan felices. Pero no, el estúpido de mi supuesto mejor amigo tenia que callárselo y mentirme sobre todas las veces que se supone que discuto con su novia para defenderme. Já, no sé cómo me pude creer semejante mentira, si estando delante de mí la defiende a toda costa, ¿como va hacerlo sin estar yo presente?
Porque tenías la esperanza de que eso fuera verdad porque estás completamente pillada por él.
Vale, puede que sea eso. No os imagináis lo que daría ahora mismo por no sentir nada hacia semejante traidor. Bufo sonoramente cuando vuelvo a notar ese nudo en la garganta que horas antes sentí cuando mi pecho se comprimió conteniendo mil lagrimas.
Noto como la mano de Luke se posiciona sobre mi muslo izquierdo, provocándome un pequeño salto al notar su tacto. Mi piel se estremece ante tal gesto y él parece notarlo, porque vuelve apartar la mano para volver a ponerla en el volante.
— ¿Estás mejor? — vaya, hacia horas que no oía su voz.
Y tanto, no recordaba que fuera tan sexy.
— Sí — vuelvo a mirar por la ventana
— Katherina — me llama y lo miro. Mis ojos chocan contra sus preciosos ojos color cielo — Es un completo imbécil, no te sientas culpable de nada
Demasiado tarde. Durante las dos horas que llevamos de regreso a mi apartamento he estado culpándome por todo. Puede que si no hubiera enfrentado a Carolina en varias ocasiones no habría llegado a este extremo. Pero no, tuve que abrir mi bocaza siempre que veía que Caroline parecía estar aprovechándose de Ian o cuando me intentaba dejar mal viniendo a mi trabajo a reírse de mi con sus amigas o cuando venía al apartamento sabiendo que Ian no estaba solo para restregarme que nunca conseguiría que Ian se fijara en mí porque no era tan guapa e increíble como ella.
Y es en ese momento en el que me acuerdo que comparto apartamento con Ian.
— Oh mierda — apoyó mis codos sobre mis rodillas y me tapo la cara con las palmas de mis manos — Mierda, mierda y más mierda
— ¿Puedes dejar de decir eso? — ríe nasalmente — A ver, ¿qué es lo que pasa ahora?
— Comparto apartamento con Ian, eso pasa — me incorporo apoyando mi espalda sobre el asiento y me paso la mano por el pelo frustrada — no puedo volver ahí, no quiero verle
— No lo hagas — alzó una ceja y le miro desafiante
— Claro, como no se me había ocurrido antes — me doy un pequeño golpe en mi frente — claro, ¿a cual de los tantos sitios que tengo donde quedarme puedo ir? — me sujeto el mentón fingiendo pensar en algo — ya lo tengo —chasqueo mis dedos — puedo irme a unos de los tantos bancos que hay en el campus, sí, tienen pinta de ser cómodos — vuelvo a mirarle mal y este se ríe — ¿te hace gracia mi desgraciada vida?
— No, me haces gracia tus dramas y tú — me mira, una sonrisa aparece en su cara y bajo mi vista hasta esta — puedes quedarte conmigo en mi apartamento — me ofrece y vuelvo a mirarme a los ojos
— Estás loco si crees que voy a irme a tu departamento contigo cuando no te conozco casi — cruzo mis brazos sobre mi pecho y arqueo una de mis cejas mirándole, admirando su perfecto y definido perfil.