CAPÍTULO 27

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Llegó el día, hoy podremos saber el sexo de nuestro bebé, Logan se fue a terminar unos pendientes en la empresa, yo me levanté, hice mi rutina diaria y bajé a desayunar con Margaret.

-¡Buenos días Margaret! - me acerqué y deposité un beso en su mejilla.

-¡Buenos días mi niña! Parece que hoy estás muy contenta.

-¡Sí, hoy sabremos el sexo del bebé!

-Me lo contó Logan ayer, es una muy buena noticia.

-Sí, estamos muy felices.

-Se nota, gracias por haber alegrado la vida de mi niño.

-No tienes que agradecer nada.

-Vamos a desayunar para que estés lista cuando Logan llegue.

-Vamos.

Fuimos a la cocina y nos sentamos a desayunar.

-Sabes Margaret, tengo miedo.

-¿Por qué?

-Sé que Logan está conmigo pero hay muchas mujeres que se acercan a él y tengo miedo de que vayan a...

-No tengas miedo niña, Logan te ama y te puedo asegurar de que nadie va a poder separarlos, los dos han sufrido mucho para poder estar juntos.

-Yo también lo amo y confío en él.

Estábamos desayunando cuando escuchamos la puerta abrirse, era Logan, me levanté de la mesa y corrí a abrazarlo, él me cargó y me besó, Margaret nos vió y se rió.

-Parece que alguien se levantó muy feliz.

-¡Sí!

Me bajó y se acercó a saludar a Margaret.

-¡Hola mi niño!

-¡Hola nana! Parece que hoy si me extrañaron.

-Siempre te extrañamos. - le contesté

-¿Ya estás lista para irnos?

-Sí, solo subo por mi bolsa.

-Entonces ve, aquí te espero.

-Ya vuelvo.

Subí los escalones a la habitación, tomé mi bolso y regresé a la sala.

-Ya estoy lista.

-Entonces vámonos porque ya casi es hora.

-Sí, adiós Margaret.

-Adiós mi niña, adiós niño, se van con mucho cuidado.

-Sí nana.

La abrazamos y salimos de la casa, Logan tomó mi mano y caminamos hasta el auto, abrió mi puerta y la cerró cuando estuve dentro del auto, rodeó el auto y se subió, una vez arriba arrancó directo al hospital, el tiempo fue muy corto, cuando llegamos al hospital, entramos directo a la sala de maternidad, no tardaron nada en llamarnos para entrar al consultorio de la obstetra.

-¡Buenas tardes! - dijimos Logan y yo.

-¡Buenas tardes! - nos contestó la obstetra. - al parecer están muy emocionados.

-Sí, Logan y yo queremos saber que será el bebé.

-Muy bien, ya sabes que hacer.

Fui a la camilla y me levanté la camisa, la obstetra aplicó el gel en mi vientre y comenzó a monitorear al bebé, Logan tomó mi mano, volteé a verlo, en su rostro se notaba la felicidad y la emoción, comenzamos a escuchar los latidos de nuestro bebé, la alegría nos inundó completamente.

-Todo va muy bien, felicitaciones serán papás de una hermosa niña.

-Una...niña...- dijo Logan con los ojos llenos de lágrimas.

Una niña, una hermosa niña, lágrimas de felicidad coménzaron a bajar por mis mejillas, limpié el gel con una servilleta que me dió la obstetra, acomodé mi camisa y me senté en la camilla, Logan me dió un beso en la frente y nos abrazamos, unas lágrimas rodaron por sus mejillas, me separé de él y las limpié y me sonrió, la obstetra nos dió unos minutos a solas. Unos minutos después entró la doctora a la habitación.

-Bueno, pues debes seguir con los mismos cuidados y tomar tus vitaminas, todo va muy bien con su pequeña.

-Muchas gracias. - contéstamos los dos.

-No olviden su cita el próximo mes.

-Gracias. - dijo Logan y salimos del consultorio, tomó mi mano y salimos directo al estacionamiento, antes de subir al auto, Logan me detuvo y me giró hacia el.

-¡Gracias, gracias, gracias, te amo!

-¡Yo también te amo y gracias por estar con nosotras!

Tomó mi rostro y me dió un beso dulce y suave, nos separamos y nos quedamos abrazados unos minutos antes de entrar al coche, cuando nos subimos, Logan no encendió el auto, estaba sonriendo.

-¿Qué pasa? - le pregunté.

-Nada, estoy muy feliz, vamos a tener una pequeña princesa, una mini Addison.

-Sí, una pequeña niña. - dije poniendo mis manos sobre mi vientre.

-Gracias, jamás me cansaré de agradecerte, me has ayudado con mi pasado, llegaste a mi vida removiendo todo, tú y esta pequeña han iluminado toda la oscuridad que me rodeaba, me enseñaste a amar.

Para éste momento ya estaba llorando, me acerqué a él y lo besé, interrumpí el beso por falta de oxígeno, juntamos nuestras frentes y sonreímos.

-Vámonos porque Margaret nos va a estar esperando. - dijo Logan.

-Sí.

Logan encendió el auto y arrancó directo a la casa, durante todo el camino tomó mi mano y depositaba besos en ella, la alegría que siento, es inexplicable, no podría encontrar las palabras para explicar que es lo que siento en este momento, unos minutos después llegamos a la casa y al entrar nos encontramos a Margaret y al abuelo sentados en el sillón, al vernos se levantaron como resortes.

¡Van a tener una niña! Los dos están muy felices ahora se lo dirán al abuelo y a Margaret.

NUESTRO PEQUEÑO FAROLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora