Llegó el día, hoy podremos saber el sexo de nuestro bebé, Logan se fue a terminar unos pendientes en la empresa, yo me levanté, hice mi rutina diaria y bajé a desayunar con Margaret.
-¡Buenos días Margaret! - me acerqué y deposité un beso en su mejilla.
-¡Buenos días mi niña! Parece que hoy estás muy contenta.
-¡Sí, hoy sabremos el sexo del bebé!
-Me lo contó Logan ayer, es una muy buena noticia.
-Sí, estamos muy felices.
-Se nota, gracias por haber alegrado la vida de mi niño.
-No tienes que agradecer nada.
-Vamos a desayunar para que estés lista cuando Logan llegue.
-Vamos.
Fuimos a la cocina y nos sentamos a desayunar.
-Sabes Margaret, tengo miedo.
-¿Por qué?
-Sé que Logan está conmigo pero hay muchas mujeres que se acercan a él y tengo miedo de que vayan a...
-No tengas miedo niña, Logan te ama y te puedo asegurar de que nadie va a poder separarlos, los dos han sufrido mucho para poder estar juntos.
-Yo también lo amo y confío en él.
Estábamos desayunando cuando escuchamos la puerta abrirse, era Logan, me levanté de la mesa y corrí a abrazarlo, él me cargó y me besó, Margaret nos vió y se rió.
-Parece que alguien se levantó muy feliz.
-¡Sí!
Me bajó y se acercó a saludar a Margaret.
-¡Hola mi niño!
-¡Hola nana! Parece que hoy si me extrañaron.
-Siempre te extrañamos. - le contesté
-¿Ya estás lista para irnos?
-Sí, solo subo por mi bolsa.
-Entonces ve, aquí te espero.
-Ya vuelvo.
Subí los escalones a la habitación, tomé mi bolso y regresé a la sala.
-Ya estoy lista.
-Entonces vámonos porque ya casi es hora.
-Sí, adiós Margaret.
-Adiós mi niña, adiós niño, se van con mucho cuidado.
-Sí nana.
La abrazamos y salimos de la casa, Logan tomó mi mano y caminamos hasta el auto, abrió mi puerta y la cerró cuando estuve dentro del auto, rodeó el auto y se subió, una vez arriba arrancó directo al hospital, el tiempo fue muy corto, cuando llegamos al hospital, entramos directo a la sala de maternidad, no tardaron nada en llamarnos para entrar al consultorio de la obstetra.
-¡Buenas tardes! - dijimos Logan y yo.
-¡Buenas tardes! - nos contestó la obstetra. - al parecer están muy emocionados.
-Sí, Logan y yo queremos saber que será el bebé.
-Muy bien, ya sabes que hacer.
Fui a la camilla y me levanté la camisa, la obstetra aplicó el gel en mi vientre y comenzó a monitorear al bebé, Logan tomó mi mano, volteé a verlo, en su rostro se notaba la felicidad y la emoción, comenzamos a escuchar los latidos de nuestro bebé, la alegría nos inundó completamente.
-Todo va muy bien, felicitaciones serán papás de una hermosa niña.
-Una...niña...- dijo Logan con los ojos llenos de lágrimas.
Una niña, una hermosa niña, lágrimas de felicidad coménzaron a bajar por mis mejillas, limpié el gel con una servilleta que me dió la obstetra, acomodé mi camisa y me senté en la camilla, Logan me dió un beso en la frente y nos abrazamos, unas lágrimas rodaron por sus mejillas, me separé de él y las limpié y me sonrió, la obstetra nos dió unos minutos a solas. Unos minutos después entró la doctora a la habitación.
-Bueno, pues debes seguir con los mismos cuidados y tomar tus vitaminas, todo va muy bien con su pequeña.
-Muchas gracias. - contéstamos los dos.
-No olviden su cita el próximo mes.
-Gracias. - dijo Logan y salimos del consultorio, tomó mi mano y salimos directo al estacionamiento, antes de subir al auto, Logan me detuvo y me giró hacia el.
-¡Gracias, gracias, gracias, te amo!
-¡Yo también te amo y gracias por estar con nosotras!
Tomó mi rostro y me dió un beso dulce y suave, nos separamos y nos quedamos abrazados unos minutos antes de entrar al coche, cuando nos subimos, Logan no encendió el auto, estaba sonriendo.
-¿Qué pasa? - le pregunté.
-Nada, estoy muy feliz, vamos a tener una pequeña princesa, una mini Addison.
-Sí, una pequeña niña. - dije poniendo mis manos sobre mi vientre.
-Gracias, jamás me cansaré de agradecerte, me has ayudado con mi pasado, llegaste a mi vida removiendo todo, tú y esta pequeña han iluminado toda la oscuridad que me rodeaba, me enseñaste a amar.
Para éste momento ya estaba llorando, me acerqué a él y lo besé, interrumpí el beso por falta de oxígeno, juntamos nuestras frentes y sonreímos.
-Vámonos porque Margaret nos va a estar esperando. - dijo Logan.
-Sí.
Logan encendió el auto y arrancó directo a la casa, durante todo el camino tomó mi mano y depositaba besos en ella, la alegría que siento, es inexplicable, no podría encontrar las palabras para explicar que es lo que siento en este momento, unos minutos después llegamos a la casa y al entrar nos encontramos a Margaret y al abuelo sentados en el sillón, al vernos se levantaron como resortes.
¡Van a tener una niña! Los dos están muy felices ahora se lo dirán al abuelo y a Margaret.
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NUESTRO PEQUEÑO FAROL
RomanceImaginan trabajar como secretaria en una empresa y tener un jefe que parece esculpido por los dioses, pues yo no tengo que imaginarlo porque es mi jefe, es un hombre alto, con cabello castaño claro, un cuerpo muy bien formado diría yo y sus ojos col...