CAPÍTULO 1

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Como todos los días, me levanté a las seis de la mañana, es viernes, último día de trabajo, vivo en un apartamento pequeño con mi abuela, ella es la única persona que queda de mi familia, mis padres murieron en un accidente automovilístico cuando tenía siete años, mi abuela me sacó adelante sola, ahora tengo veinticuatro años, solo estudié hasta la preparatoria, cuando la terminé comencé a buscar trabajo, comencé como mesera en un restaurante y después de trabajar durante dos años ahí, los gastos comenzaron a subir entonces tuve que buscar otro trabajo, entonces obtuve un puesto de secretaria en una empresa, Adams' Industries, mi jefe era un señor grande de edad George, era muy amable con todos y nos trataba bien, nos ayudaba mucho, pero llegó el día en que se jubiló y dejó su puesto a su nieto Logan Adams, mi nuevo jefe, es alto, cabello castaño claro, barba corta como de tres días, a través del traje puede notarse que hace ejercicio y esos ojos azules que me hacen perderme. Me dí una ducha e hice mi rutina diaria, cuando terminé fui a la cocina, mi abuela estaba ahí, sirviendo mi desayuno.

-¡Buenos días abuela!

-¡Buenos días Addi!

-¿Ya te tomaste tus medicamentos?

-Ahorita me los tomo, no te preocupes, mejor desayuna antes de irte.

-Si me preocupo, sabes que debes tomar tus medicamentos por tu bien.

-Lo sé hija, empieza a desayunar para que no te vayas a ir con hambre.

-Tómate tus medicamentos y yo desayuno.

-Está bien.

Espere a que mi abuela se tomara los medicamentos y después comencé a desayunar, cuando terminé tomé mis cosas, me despedí de mi abuela y salí directo a mi trabajo, no me gusta dejar a mi abuela sola, una vecina siempre viene a ver cómo está y eso me deja más tranquila, tomé el bus y llegué a una parada cerca de la empresa, queda más cerca, así que de ahí puedo caminar hasta la empresa, entré a la empresa y fui directamente a mi escritorio que esta afuera de la oficina de mi jefe, apenas me senté cuando salió mi jefe.

-Señorita Brown.

-Diga.

-Acompáñeme a mi oficina.

-Como usted diga.

Me levanté de mi escritorio y fui detrás de mi jefe, entramos a su oficina, se sentó en su silla y me miró, por un momento me perdí en el azul de sus ojos, pero pude recomponerme antes de que él lo notara.

-¿Qué necesita señor Adams?

-Necesito que haga una reunión con el jefe de administración para el día de mañana.

-Muy bien ¿algo más?

-Sí, necesito que se prepare para que me acompañe a una reunión con los inversionistas, será dentro de una hora.

Jamás he ido a una reunión con inversionistas, no sé que debo de hacer, me da un poco de miedo cometer algún error, no puedo darme el lujo de perder mi trabajo, porque sin mi sueldo no podría sostener el apartamento donde vivimos y no podría pagar los medicamentos de mi abuela.

-Señorita Brown.

-Ah...Disculpe ¿decía algo?

-No se preocupe, solo tiene que acompañarme y tomar nota, a partir de hoy comenzará a acompañarme a todas mis reuniones.

-¿Puedo preguntar algo?

-Adelante.

-¿Por qué este cambio?, es decir...

-Sé a lo que se refiere.

-Mi abuelo me dijo que usted era una mujer muy inteligente y hábil y yo necesito que alguien me acompañe a las reuniones para que no se escape ningún detalle. - dijo secamente.

-Gracias.

-No tiene nada que agradecer, ahora si me disculpa necesito trabajar.

-Disculpe.

Salí de la oficina, durante toda la conversación estuvo igual de frío que siempre, no sé el porqué me da tanta curiosidad saber qué pasa por su mente, no solamente es seco en la empresa, sino que con todos, hasta con su abuelo, creo que fue él quien lo crió, pero no entiendo, el señor George es dulce, alegre, todo lo contrario a él. Comencé a acomodar mis cosas, después de cuarenta minutos salió el señor Adams.

-¿Está lista señorita Brown?

-Sí.

-Vamos, tenemos que llegar a tiempo.

Me levanté del escritorio y tomé mis cosas, nos subimos al elevador juntos, estar en un lugar tan pequeño los dos solos, me sentía rara, estaba tensa al tenerlo cerca y parece que se dió cuenta de eso.

-¿Se encuentra bien señorita?

-Sí. - dije con una voz que apenas fue audible.

-¿La pongo nerviosa?

Esa pregunta me tomó por sorpresa, sí estaba tensa, ahora la tensión creció aun más, tragué grueso para contestar y que no viera que me afectaba.

-Ah...No...Claro...que...no.

-No es la única que se pone nerviosa. - dijo en un tono que apenas pude escuchar, entendí lo que dijo, estaba tratando de decir que lo pongo nervioso, ¿qué está pasando hoy?, trataré de fingir que no escuché nada.

-¿Dijo algo?

-Nada. - contesó secamente.

Hasta que por fin abrió el elevador, apenas abrió sus puertas y salí corriendo del elevador, salimos de la empresa, fuimos al estacionamiento, caminé detrás de mi jefe, llegamos hasta su auto un Merecedes Benz Convertible del año presente, otro momento de más tortura, en el mismo auto, no puedo decir no, debido a que no tengo un auto para moverme, el señor Adams abrió la puerta del copiloto para mi.

-Gracias. - no dijo nada, solo asintió con la cabeza.

Cerró la puerta, rodeó el auto y se subió a su asiento, encendió el auto y arrancó directo a la empresa de los inversionistas, cuando llegamos no dejó que abriera la puerta, para abrirla él, bajamos y entramos a la empresa, una secretaria nos dirigió hasta la sala de juntas, dentro de ella estaban los inversionistas y comenzaron con la reunión mientras yo tomaba notas sobre todo lo que hablaban.

Hola a todos!!

Ésta es la primera historia que publíco aquí en Wattpad, espero sea de su agrado.

NUESTRO PEQUEÑO FAROLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora