CAPITULO 30
EN LA MANSIÓN
Oscar salió en dirección a ese hostal, aunque pensando bien, reunirse en una habitación a solas con él era algo que no deseaba, una por lo que podría pasar si él se propasaba, aunque lo dudaba, ya que podría defenderse, pero mejor era evitar eso y también podría malinterpretarse con Axel y su familia. Así que esperó un poco a ver si André salía de allí, a los 15 minutos, lo vio salir y salió a su encuentro.
Oscar.- André.
André.- Hola Oscar, porqué estas buscándome, o qué ya te ha botado el sueco de tu lado.
Oscar.- Deja de decir tonterías, podemos conversar un momento.
André.- Si, vamos a mi dormitorio.
Oscar.- Prefiero en otro lugar.
André.- Qué piensas que te puedo hacer algo, pero si ya hiciste de todo con Fersen.
Oscar.- Bueno, mejor me retiro, cuando tu cabeza esté libre de excremento te vendré a buscar.
André.- Oscar, sabes que yo te amo.
Oscar.- Ya te dije que estoy de novia con Axel y lo amo a él más que nada, pon estas palabras dentro de tu cabeza que parece que está más hueca que nunca y no quiere entender.
André.- Si es mejor que conversemos después, pero lo que siento no va a cambiar.
Oscar.- Ya hablaremos, hasta pronto.
Ella se fue rápido del lugar, André se estaba portando muy engreído y se creía con el poder de ofenderla en todo momento, y eso no lo iba a permitir, pero ella ha vivido casi toda su vida con él y su corazón decía que tenía que aclarar todo de una vez.
Regresó a su mansión, era el último día que tenía libre y ya mañana se reincorporaría a la guardia de palacio, y eso le hizo recordar que tiene que reunirse con Alain, y ver que tanto puede ayudar, así como decirle la verdad sobre ella.
Cuando llegó fue a ver a Fersen, él estaba echado aparentemente durmiendo, al llegar le dio un beso en los labios.
Fersen.- Oscar, quisiera que me despiertes así siempre. Seré tu bello durmiente jajajaja, ouch, aún duele un poco
Oscar.- Jajaja si eso sí.
Fersen.- Qué si amor, me despertarás o que soy bello.
Oscar.- Ya no seas tan vanidoso, dime si ya almorzaste.
Fersen.- No aún no, quieres almorzar conmigo.
Oscar.- Si, de paso que converso contigo sobre mi reunión con Alain, el soldado que nos ayudó cuando nos intentaron robar.
Se sentaron a almorzar, aún en la cama, ya a Fersen le dolía menos, a pesar de haber pasado poco tiempo.
Fersen.- Amor esto está rico.
Oscar.- Si, escogí que prepararan tu favorito.
Fersen.- Gracias mi vida.
Oscar.- Retomando lo anterior, como vamos a hacer con los ladrones, y con Alaín. Has pensado algo.
Fersen.- Pues si algo, a ver qué opinas, quizás a ellos los podemos dejar tranquilos, es decir, no hacer nada contra ellos y con Alaín nos podemos poner de acuerdo que nos diga cuando vea algo sospechoso.
Oscar.- Puede ser, buen punto, está mejor que mi idea, que era enviar a un regimiento y arrestarlos a todos.
Fersen.- El problema es que ellos no han cometido ningún delito que podamos probar, y ni qué decir, adivinar que ellos nos digan quién los había enviado a atacarnos, ya que ellos tampoco lo sabían.
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LA APUESTA
AdventureLos personajes no son míos, sino de Ryoko Ikeda. Qué es lo que sucede si Oscar pierde un juego, y en este se decide su futuro.