La casa de Lana y Franco.

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Matías.

Viernes.
21:35 hrs.

La casa de Franco siempre trae paz, pero sobretodo, su habitación.
Me encantar pasar tiempo en su casa y jugar con su play 4, o pedirle a Susana, su mamá, que nos cocine sus famosos buñuelos.

Una vez por semana pasó a visitarlo, me encanta el olor que desprende la cocina, y me amo también, las conversaciones con su padre, Marcos, sobre música y cosas del estilo.

Pero ese viernes, el ambiente era tenso. Acababa de mandarle un mensaje a Oliver, mi hermano, para que venga con Ana y así el ambiente mejore; plot twist, no sucedió.

A penas sonó el timbre, Franco salió disparado hasta la puerta. Escuché unos pasos en la habitación de Lana, pero no le di importancia.

Para que entiendan mejor, ambas habitaciones están al final de un único pasillo, una se encuentra a la derecha, que es la de Franco, y la otra a la izquierda, la de Lana. El baño esta ubicado una puerta de distancia de la habitación de Lana; la primera habitación de esta planta alta, es la de sus padres.
En la planta baja está la cocina, y el living-Comedor, ademas de un baño para invitados y una playroom.

Actualmente estábamos en la alcoba de Franco, sin embargo, para evitar peleas, decidimos pasarnos al playroom.

Cuando baje las escaleras con la play y la caja de juegos, una en cada mano, me encontré con un Oliver pálido, le pregunté si estaba todo bien y el solo asintió con la cabeza. No me costó mucho darme cuenta del porqué.
Me di la vuelta para ver a Lana, bajar con el vestido que ya había comprado, no sé donde, y que le quedaba increíble.

—Hola —Dijo —No sabia que iban a estar acá.— Si lo sabia, era bastante obvio.

Mire a Oliver, con la esperanza de que no sea tan notorio sus nervios, iba a hablar pero Ana me saco revancha.

—Vinimos a visitar a Franco, Lani —Soltó— Te prometo que no molestamos—

Lana la miro de arriba a baja, —Tranquila —le respondió— No me molestan para nada, me estaba probando lo de mañana, sólo eso.

Franco, quien hasta el momento no había emitido ni una palabra, sonrió —Entonces, te dejamos tranquila —dijo — Que descanses y suerte con el vestido.

Lana por su parte, sonrió de mala gana, y antes de irnos al playroom, Ana le recordó que cualquier cosa que necesitara, ella iba a estar. Lana sólo hizo una mueca.

Cuando estaba por irme completamente, escuche la voz de Oliver dirigirse a Lana —¿Podemos hablar? —le dice— Sólo es un minuto.

No logre escuchar bien la respuesta de ella, pero supongo que fue un si, ya que ambos subieron las escaleras y desaparecieron de mi vista.

Espero que no lo arruines, hermano querido.

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⏰ Última actualización: Jan 06, 2021 ⏰

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