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POV's Narrador

—Ahh! Chūya-san— gemía una delgada silueta sobre el mayor; la sensación era tan placentera que el pelirrojo agarro la cintura del contrario para hacer las penetraciones más fuertes —Ahh! Más despacio... me romperá— haciendo caso omiso a la queja del menor, Nakahara aumentó la fuerza de las embestidas.

—Chūya-san, se siente muy bien— anunció Akutagawa con una voz llena de placer, al borde de la locura.

—Que lindo te vez gimiendo mi nombre, Akutagawa— dijo, acercandose al oído del pelinegro para posteriormente dejar besos y marcas sobre el blanco cuello de su subordinado. Sin salir de él lo cambió de posición, dejando a el más alto abajo de él —y ahora lo harás más— susurró en su oído para comenzar a embestirlo nuevamente. Los gemidos no tardaron en ser odios por toda la habitación.

—Ahh Chuuya-san, más fuerte— definitivamente Ryūnosuke había sido consumido por el placer; el nombrado sonrió, quien diría que El Perro de la Port Mafia estaría rogando por ser follado, sin duda alguna sólo él tenía el privilegio de ver y ser causante del estado del menor.

—Mi lindo Aku,— dijo deteniendo las embestidas y dándole unos tiernos besos en las mejillas —te daré tan fuerte que no podrás levantarte— finalizó dandole un beso brusco y reanudando las penetraciones. Los gemidos de Ryūnosuke eran ahogados por el beso de su jefe; el de ojos grises sentía como su pareja se habría paso en su interior y lo empotraba fuertemente contra la cama. Estaba muy cerca de éxtasis, así que aferró sus piernas a las caderas del pelirrojo y pasó sus brazos por el cuello de éste, haciendo que sus gemidos fueran directamente recibidos por el oído de su pareja.
Esto éxito más a Chūya, ya estaba a punto de venirse, así que hizo sus penetraciones más profundas, quería dejar su semen muy dentro de su adorable novio y llenarlo con ese líquido blanco que no tardaría en salir de él.

—Chū...ya-san— le era difícil hablar con los jadeos y gemidos saliendo de él —lo ahh!, lo amo— dicho ésto sintió como su interior se llenaba con el semen caliente de su jefe, y como también el terminaba, manchando su abdomen.

Akutagawa se encontraba jadeando, cansado, sudado y somnoliento. Chūya al ver esto salió de él y lo acomodó en la cama, mañana lo ayudaría a limpiarse y pararse.

—Yo también te amo— dijo el ojiazul a su novio ya dormido, dándole un beso y acostándose a su lado.

╏ ChūAku ╏one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora