Artemis;; hs

Capítulo 17

-¿Novio?- leí mientras empezaba a reír -¿de donde sacan esas cosas?- negué -No estoy saliendo con nadie.- dejé mi celular a una distancia considerable mientras miraba los distintos comentarios en la pantalla.

Estaba en un live en Instagram, la cosa es que lo hice porque estaba aburrida, así que así me la pase por un par de minutos hablando sobre lo que seguía después de las varias sesiones de fotos que tuve en estos últimos días. No podía dar mucha información pero de algo tenía que hablar para poder distraerme, pero uno de los temas top era el rumor de que había conseguido un novio y que lo mantenía en secreto así que muchos me estaban preguntando si era cierto.

¿Que se supone que debo decir?

"Si, tengo un novio pero no le veo caso hablar de él porque planeo dejarlo en un par de días." Ugh, suena horrible.

Pero no me hace daño mentir y esconder ese tema ya que nadie tiene porque enterarse.

Me miré al espejo, sonreí al ver lo que traía puesto. Hoy no tenía planeado salir a ninguna parte, solo me he día puesto algo nuevo que encontré en mi armario y me sentía más que bonita, así que solo lo hice por mi, como siempre. Tomé mi celular y me paré en frente del espejo nuevamente y tomé una foto. Con una sonrisa de satisfacción me dejé caer en mi cama mientras sostenía el aparato entre mis manos y subía la foto a internet.

Todo mi buen humor se desvaneció el momento en el que en la parte superior de la pantalla apareció un mensaje de nada más y nada menos que el bastardo con el que estoy saliendo. Hice una mueca de disgusto abriendo el mensaje.

"Estoy afuera."

-Mierda.- me quejé golpeando el teléfono contra el colchón.

¿No puedo descansar de ese odioso ser humano?

No quería verlo. Sabía que se me saldría alguna cosa y terminaría levantando sospechas, hasta soy capaz de abofetearlo ahora mismo.

Golpee mis pies contra el suelo un par de veces a medida que me acercaba a la puerta principal, tomé un último suspiro y abrí la puerta encontrándolo ahí. La típica sonrisa de un millón de dólares, parecía que venía del trabajo, tenía varias cosas en sus manos. Recuerdo que él tenía una rara forma de sostener cosas haciendo que sus manos fueran de gran ayuda cuando cargaba lo que sea.

Sonreí invitándolo a pasar y poniendo mala cara cuando este me dio la espalda.

-¿Y que te trae por aquí un martes en la tarde?- pregunté al verlo tan sonriente.

-Te echaba de menos.- se acercó y besó mis labios, estos tenían un sabor raro, era a alcohol mezclado con menta -y...- se alejó para tomar una gran bolsa que trajo y me la extendió -felicidades por tu nuevo trabajo.-

Sostuve la bolsa y miré el interior en donde encontré una caja -Gracias, ¿como supiste que...?-

-Internet.- se encogió en hombros -ábrelo.- señaló mirándome emocionado.

Hice lo que me dijo, era una caja de zapatos. Creo que ya me hago la idea de que es. Con cuidado abrí la caja y me encontré con unas hermosas botas Prada. Tengo el mismo par en mi armario, pero no me hacía daño tener dos. Además, lo que es regalado no se devuelve.

-Gracias.- dije más concentrada en las botas que en él en frente mío.

-No es nada. También vine porque quería pedirte algo.- y ahí estaba el truco de todo esto.

-¿Que cosa?-

-En un par de días es mi cumpleaños y habrá una gran cena con mi familia y colegas del trabajo.- dijo lentamente -me gustaría que estuvieras ahí como mi novia.-

¿Puedo soportar un par de días más?

No tengo idea de porque asentí, tal vez porque sabía que terminaría de una vez por todas con esta farsa.

Al fin.

Yoongicutiie.