Capítulo 11

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-¿Por que me odian? No lo entiendo.- sollocé contra el hombro de Styles que hacía hasta lo imposible para que dejara de llorar -so-soy una buena persona y-yo... no entiendo que hice mal.-

-No has hecho nada malo, mi amor.- susurró besando mi mejilla -mi hermana y mi mamá fueron muy groseras contigo. Te juro que no tenía idea de que te fueran a tratar de esa manera.- otro beso -estoy muy molesto por eso, ellas no tienen derecho a gritarte de esa forma, yo me encargaré de eso.-

-¿L-lo prometes?- este me sostuvo por las mejillas.

-Lo prometo, bonita.- limpió mis mejillas con sus pulgares -no te preocupes por ellas.- peinó mi cabello con una de sus manos -No me gusta verte llorar.-

Quise reírme en su cara.

Harry había tenido la maravillosa idea de llevarme a comer a casa de sus padres. Juro que yo no hice absolutamente nada cuando de repente Gemma empezó a gritarme. Así de la nada. Cuando estuve por responder a sus insultos Anne se unió a ella, alegando que yo era una cualquiera, que fui la causa por la que Harry no se casó con su ex, que yo estoy jugando con el. Cosa que es cierto pero vamos, no pienso echar mi brazo a torcer.

Cuando las cosas se salieron de control y Harry escuchó las cosas que me decían. Este enojado decidió que nos iríamos de la casa. No escuchó a su madre y pasó de largo justo cuando Gemma intentó detenerlo. Yo no planeaba comportarme como una perra el día de hoy pero ellas solo le echaron más leña al fuego y me ayudaron a seguir manipulándolo ahora con esto.

-Confías en mi, ¿verdad?- pregunté mirándolo a los ojos.

-Claro que si, ni siquiera tienes que preguntarlo.- dijo decidido.

-Pero aún así... me siento mal.- susurré -ellas me ven como la otra y no me gusta eso.-

-Artemis, no las escuches. Eres mi novia, y yo te adoro únicamente a ti. Eres una chica maravillosa y no eres nada de eso.-

-Espero lo estes diciendo enserio.- sorbí mi nariz mirándolo atenta.

Sus bonitos ojos verdes estaban brillantes y sus pupilas estaban dilatadas debido a la luz tenue en mi habitación.

Era un bastardo apuesto.

Aquella tarde nublada nos habíamos quedado en mi habitación. Sin sexo ni ese tipo de cosas. Solo estábamos abrazados mientras yo intentaba dormir. Harry me sostenía con gentileza mientras de vez en cuando besaba mi cabeza o acariciaba la piel se mi vientre que sobresalía de mi blusa. Este tarareaba gentilmente una canción de cuna en mi oído y puede qué tal vez me haya traído viejos recuerdos de vuelta.

Él solía acompañarme a la hora de dormir. Recuerdo sus largos dedos enredarse en mi cabello mientras lo peinaba gentilmente. El aroma de su colonia me hacía sentir completamente tranquila y segura. Y esa maldita canción de cuna es la que siempre tarareaba solo para mi.

De alguna forma me sentí más triste que nunca.

Mi corazón sigue lastimando y todo es su culpa.





Yoongicutiie.

Artemis;; hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora