Tus ojos, tus malditos ojos. [ Yungblud]

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Después de el incidente con Jackson y Dom, las clases siguieron normal, excepto por el inmenso y feo suéter que llevaba puesto Dom, ya que su camisa estaba toda manchada de refresco. Era la hora de la salida y sonó el timbre, los cuatro amigos se dispusieron a salir del colegio

— Lindo suéter rarito— Se burlo Jackson mientras pasaba por el lado de Dom

— Escúchame bien Jackson, ya te lo advertí una vez y con esta son dos.— Grito Sam sintiendo como subía el calor a sus mejillas— Ni se te ocurra volver a molestar a Dom, o sino...— Amenazo ella pero no encontraba las palabras para ello

— O sino ¿Que?— Dijo Jackson sonriendo de lado haciendo enojar aun mas a Samantha

—Sami, vámonos— Pidió Dom tomándola del brazo para que la chica no hiciera nada contra Jackson, pues sentía angustia por aquel brillo de maldad en los ojos de su mejor amiga

— No debiste retarme— Dijo Sam estrellando su mano derecha en la mejilla de Jackson, el cual la miro con odio y se dispuso a irse no sin antes decir "Te arrepentirás Samantha, te arrepentirás"  y aunque la chica no demostró miedo alguno, efecto de la falta de adrenalina que había sentido hace unos segundos 

— Wow, en serio te luciste Sam— Dijo Mauren haciéndole porras a su amiga 

—¿Le viste la cara a Jackson?¿Le viste la cara?, eso no se lo esperaba— Chillaba un muy emocionado Adam

— A mi no me hace gracia— Dijo Dominic con un semblante serio mientras miraba a Sam con el seño fruncido 

Dominic no se molesto en esperar a sus amigos, pues luego de mandarle una mirada a desaprobatoria a Samantha y se fue rápidamente.

 Sam le hizo una seña a sus amigos para que se fueran con Dom, pues ella sabia mas que nadie que aquel chico de ojos esmeralda, odiaba las peleas y era por eso que nunca se enfrento a Jackson.

 Pasaron unos minutos mientras veía a la nada, perdida en sus pensamientos cuando una voz femenina la saco de su ensimismamiento 

— Señorita Jones, acompáñeme por favor— La niña volteo para ver quien era y se dio cuenta de que era  nada mas y nada menos que la directora del instituto

—Genial, el primer día y ya tengo un reporte— pensó Samantha sarcásticamente

Sami fue detrás de la directora quien se dirigía hacia su despacho, aquella habitación con el poder máximo, el lugar mas temido de los niños, así lo veía Sami. Al llegar pudo ver a un Jackson con carita de perro mojado mirando a la directora, quien solo se limito a darle una mirada de soslayo y abrió la puerta de la dirección

— Bueno, cariño ¿Podrías decirme porque le has pegado a tu compañero?— Pregunto la directora a lo que Sam abrió la boca para hablar pero fue interrumpida por su querido y amado compañero, nótese el sarcasmo

— Ella no me pego, señora directora— Intervino Jackson y Samantha lo miro con sorpresa

— Cariño, no mientas, yo misma vi cuando paso

— No, no fue lo que pareció, estábamos jugando y solo se nos paso la mano, ¿Cierto, Sami?— Pregunto Jackson mirando cómplice a Sami

— Si, si, yo no quería hacerle daño— Accedió Samantha tragándose su orgullo y las ganas de decir cuanto aborrecía al chico, pero por otro lado, era su primer día de clases y no quería tener problemas con su padre

Unos minutos después de que la directora lo pensara bien, decidió darles un castigo por " jugar" de esa manera, los dos chicos renegaron por la decisión de la directora, sin embargo, se relajaron después de que la señora les propusiera llamar a sus padres y se llevasen un reporte. 

Su castigo era simple, solo tenían que limpiar todos los patios del instituto, solo eran 3 de un tamaño considerablemente grande, ya que se demorarían en su tarea, la directora llamo a sus padres diciéndoles que se quedarían ayudándola en ciertas labores desconocidas

Los dos niños fueron guiados por el conserje del instituto hacia  el primer patio, el señor tenia una gran sonrisa plasmada en su rostro, era obvio, pues dos niños iban  a hacer su trabajo y el podría irse a casa unas horas antes de lo normal. 

— Gracias,—Dijo Samantha rompiendo el silencio— Por no decir lo que paso, aunque solo lo hubieras hecho para no caer tu también

— No solo lo hice por eso, Samantha— Contesto Jackson viéndola con el seño fruncido, ella de inmediato lo miro, pues el nunca solía llamarla por su nombre completo

— Entonces, ¿Por que?

— ¿Sabes? puedo ser un idiota con Dominic, tu misma lo dijiste, pero eso no significa que lo sea contigo— Respondió el niño mientras se alejaba hacia el otro extremo del patio

— ¿Podrías hacerme un favor?— Grito Sam para que el chico pudiera escucharla

— Dime— Dijo retomando su dirección hacia Samantha nuevamente

— ¿Podemos dejar de pelear?

— Claro— Respondió Jackson sonriendo tiernamente

—¿Y puedes dejar de molestar a Dom?— Pidió Sami poniendo ojos de perrito para convencerlo de aquello

— Solo con una condición— Jackson miro a Sami y ella asintió en forma de respuesta— De ahora en adelante también serás mi amiga

— Trato hecho— Dijo Sami mientras daba pequeños saltitos en su sitio y se lanzo hacia Jackson para abrazarlo a lo que el chico felizmente correspondió

Pasaron unas dos horas y por fin terminaron de limpiar los tres patios, en el transcurso los dos chicos hablaron y hablaron, se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, sin duda serian muy buenos amigos.

 Se dirigían a la salida del instituto y allí se encontraron con la madre de Jackson y el padre de Sami, lo que se le hizo raro ya que su padre debería estar trabajando y así no lo estuviera, para el era mucho mejor estar jugando con su adorado hijo que ir al instituto por su hija. 

Los dos niños se despidieron con un abrazo y una disculpa por parte de Sami por la cacheta que le proporciono al chico

el solo le dijo —Creo que yo los he hecho sufrir mas, una cachetada no es nada—

 definitivamente en dos horas estos chicos descubrieron lo idiotas que habían sido. Después de despedirse se dirigieron hacia donde se encontraban sus padres quienes se estaban mirando de una manera extraña, como si ya se conocieran

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