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Narrador omnisciente 

Samantha paso la ultima semana envuelta en sus pensamientos, fue al colegio, se sentaba en la cafetería con sus amigos sin participar en las conversaciones. Dominic notaba su distanciamiento pero no sabia el porque, trato de preguntárselo en muchas ocasiones pero ella solo evadía las respuestas

El ambiente en su casa se había tornado incomodo, Patric y Sandra trataban de entablar conversaciones con la chica, pero ella solo los evitaba o simplemente se quedaba callada. Desde aquella noche no volvió a ver a Abel ni mucho menos a Thomas, ahora ya no sabia como referirse a ellos, Patric era su tío biológico, pero para ella y legalmente era su padre

...

Samantha iba saliendo de la clase de literatura la cual le pareció extremadamente aburrida, y era raro ya que es una de sus asignaturas favoritas

~ El olor de un libro nuevo es increíble~ Dijo ella hace un par de años cuando las monjas aparecieron misteriosamente con  libros nuevos para estudiar y entretenerse. Claro, recibió miradas recriminatorias y escucho murmullos como "ratón de biblioteca"  y "Absurda"

Nuevamente se encontraba perdida en su mundo hasta que una voz masculina la saco se su ensimismamiento— Mundo llamando a Samantha— Dijo Anderson moviendo sus manos en la cara de Sam

— ¿Que?— Pregunto Sami de mala gana al ver de quien se trataba

— ¿Qué te pasa?, ¿Por qué últimamente has estado tan distante?— Pregunto Anderson  y Samantha cambio de humor drásticamente, no estaba feliz, pero tampoco estaba triste, mas bien se sentía con una seguridad inigualable, sentía que nada de lo que le estuviera pasando podía repercutir en como la veían los demás, "No le mostrare debilidad"

— No te confundas— Respondió ella y su voz salía en un tono tan jodidamente seguro que esta ella misma pensó por un momento que era toda una perra— Que no hable contigo no quiere decir que mi mundo se valla a acabar

Anderson la miro por un momento, un tanto confundido, pero él ya la había visto actuando de ese modo, aquel día en la misión cuando chantajeo a Macarena, con la diferencia de que en este momento estaba así porque aquello le causaba placer y no por necesidad de chantajear a alguien

— Veo que nunca vas a perdonar lo que dije de ti— Musito él cabizbajo

— ¿Perdonar?— Pregunto ella sarcásticamente y haciendo un gesto con la cara— Lo siento, ni siquiera lo recuerdo, supongo que no me importa

Sam salió directo hacia la cafetería pisando fuerte, sintiéndose poderosa, de un momento a otro recordó las palabras de un conserje del orfanato, "Ser débil, llorar y llamar la atención, solo hará que sientan lastima de ti, tienes que buscar que te respeten, que teman de ti"

Recordó también como hace unos días que puso en su lugar a la plástica de Christin como era que los demás alumnos la veían con admiración en sus ojos, mientras que Christin la quería matar con la mirada, eso le gustaba

Llego a la mesa de sus compañeros mientras sonreía a boca cerrada sin motivo alguno, sus amigos la miraron extrañados, era lógico, como era que podía estar tan distraída toda la semana y en menos de cinco minutos estaba sonriendo de tal manera. Claro, no todos la miraban así, Jackson por el contrario estaba fascinado, le encantaba esa chica así estuviera triste o arrogante

— Cierren la boca, o se les caerá la baba— Dijo Sam acabando con el silencio que se había formando ante su llegada

— Parece que otra vez esta insoportable— Susurro Mauren para si misma pero Sam alcanzo a escuchar 

Tus ojos, tus malditos ojos. [ Yungblud]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora