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Abrió sus ojos poco a poco para familiarizarse con la luz que atravesaba las persianas, se sentó en su cama cuidadosamente y pensó en ella, en lo terca que era y en los berrinches que suele hacer

Recordó cuando hacia no menos de una semana antes de que el verano finalizara. Los Harrison habían decidido pasar el fin de semana en una de sus propiedades a las afueras de la ciudad; invitaron a Ronald Jones y a su pequeña familia, pero este se negó a ir ya que tenia un viaje de negocios en New York y no volvería hasta el miércoles de la otra semana. Aunque entre cuchicheos entre Samantha y Emma, esta ultima le confeso que su esposo no sabia mentir ni un poco, pues él nunca solía trabajar en un fin de semana, a lo que ella ya sospechaba algún amorío extramatrimonial

Y para la mala suerte de Emma, su pequeño hijo Martin no se encontraba en las mejores condiciones de salud, y, aunque el pequeño insistió en que se sentía bien solo para poder irse de paseo, su madre decidió quedarse en casa por si había alguna complicación con su enfermizo corazón. Sam, por su parte se encontraba perfectamente bien y ansiosa para salir de la ciudad y poder respirar aire fresco. Al principio Emma se negó a esto, pero luego de una pataleta de su pequeño monstruito encerrado en el cuerpo de una niña decidió acceder a que saliera de casa con sus vecinos.

Un descanso no nos hará mal.

Pensó Emma al recordar que podría pasar tiempo a solas con su otro hijo sin necesidad de estar en medio de todo el desastre que eran juntos como familia. Estando ya en la casa de campo, Sami tuvo la idea de ir a escalar en los arboles de antaño que se encontraban en la parte trasera de la casa, Dom accedió entusiasmado aunque a su madre no le agradara la idea.

Samantha decidió subir primera, se agarro del rasposo tronco del árbol y logro colocarse en una de las ramas del mismo viendo como su mejor amigo la miraba dudoso 

— ¿Vas a subir o no?— Pregunto ella perdiendo la paciencia

— Creo que podría ser peligroso si me caigo— Respondió él tratando de librarse de la situación

— Entonces, no subas— Torció la boca mientras volvía a bajar del árbol— Siempre has sido un cobarde...

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Paso sus manos por la cicatriz que le había quedado luego de tratar de treparse en el árbol, lo cual resulto terriblemente mal; logro subir no mas de un metro pero al caer su pierna derecha se vio afectada por una astilla lo suficientemente grande como para necesitar cinco puntos

Aun abatido por el sueño se levanto para ir al instituto, aunque después de su pelea con Sami no tenia ánimos de nada. Se bañó y se organizó para luego bajar a desayunar, allí se encontraban todos, su madre, que estaba en la cocina terminando de preparar el desayuno, su padre que leía el periódico semanal y las pequeñas estaban jugando entre ellas

— ¿Cómo has dormido?—Pregunto el adulto apartando su mirada del periódico para fijarse en Dom

— No muy bien— Respondió mientras se sentaba en el asiento al lado del de su padre

— ¿Algún motivo en especial?— Inquirió Justin usando su habitual formalidad debido a su trabajo

—  Ayer discutí con Sami y no pude dormir pensando en que hacer para que me perdone—Justin se soltó a carcajadas mientras veía a Emma divertido— Hey, no es broma

Tus ojos, tus malditos ojos. [ Yungblud]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora