◽La fiesta de Alex◽

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Ethan estacionó el auto como le fue posible, ya que verdaderamente aquell se había convertido en una misión imposible con tantos coches aparcados alrededor de la calle de quienes al parecer eran invitados de la  fiesta de Alex

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Ethan estacionó el auto como le fue posible, ya que verdaderamente aquell se había convertido en una misión imposible con tantos coches aparcados alrededor de la calle de quienes al parecer eran invitados de la  fiesta de Alex.

Bajé del vehículo ni bien el muchacho apagó el motor y salí sintiendo el aire cálido del verano golpearme en la cara.
Pero no fui a mi casa, me dirigí con paso decidido hasta la casa vecina, que parecía llenarse cada vez más de gente que llegaba de todos lados.

— ¡Cassie...! — llamó Ethan a mis espaldas.

El muchacho me había seguido a través de los jardines delanteros y caminaba apresuradamente tras de mí a pesar de la diferencia del largo de nuestras piernas.
Sin embargo no me volví, seguí andando hasta pasar por la puerta de la casa de Alex y recorrí el lugar con la mirada en busca del pelirrojo.

Ahí de pie en la entrada de la antigua casa de Melina Parker mi cuerpo retrocedió casi siete años en el tiempo, aquella imagen frente a mis ojos sí era un viaje al pasado en definitivo.
Había gente por todo el lugar bebiendo, hablando fuerte entre grupos de amigos para hacerse oír por encima de la ruidosa música rock que se escuchaba por todos lados. Algunas parejas besándose en los lugares menos imaginados y uno que otro tirado contra las paredes relucientes completamente ebrio. Olía a alcohol, tabaco y un leve olor amargo de la marihuana si ponías atención en ello.

— Vaya fiesta. — exclamó alguien.

Al mirar a mi izquierda me topé con Ethan, el chico también observaba atentamente aquel panorama con el entrecejo algo fruncido.

— Va a meterse en problemas si alguien llama a la policía — repuse yo volviendo a escanear el interior de la vivienda —. Aquí hay menores de edad.

— Bueno, creo que eso ya no nos incumbe... — empezó a decir él.

— No, Ethan. — lo interrumpí antes de que continuara.

Un chico rubio que no debía de tener más de dieciocho años, estaba inclinado sobre una mesa aspirando un polvo blanco con mucha dedicación. Al lado de él, una muchacha de igual edad probablemente, lo miraba con la cara desencajada por el alcohol u otras sustancias consumidas.

Si no estaba equivocada, ese era el amigo de Benjamin. Y si él estaba ahí...

— Hola, Cassandra.

Ahí tenía la respuesta a mi reciente duda.

Al girarme tan bruscamente que casi me hago daño en el cuello, me topé  de frente con tres desagradables figuras. Benjamin era quien había saludado, y me miraba con una sonrisa maliciosa algo desafiante. A su lado estaban Randy con su habitual gesto de locura en el rostro, y a espaldas de estos el enorme gorila que cargaban con ellos a modo de guardaespaldas.

— Creí que no vendrías. — dijo Randy sonriendo como un lunático.

— No estaba invitada — comenté tratando de no lucir intimidada por ellos —. Pero quise venir a dar una vuelta.

Brillo esmeralda [COMPLETA ✔️ Novela 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora