◽Juegos y competencias◽

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Ethan debía estar dentro charlando con mi mamá, con suerte y Alex se iba directo a su casa y yo entraría a la mía haciendo como si nada hubiera pasado

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Ethan debía estar dentro charlando con mi mamá, con suerte y Alex se iba directo a su casa y yo entraría a la mía haciendo como si nada hubiera pasado. Claro que mi aspecto complicaba un poco las cosas, pero ya me las podría ingeniar más adelante.

Salí del auto del pelirrojo sintiéndome muy incómoda por llevar la ropa húmeda, había dejado una mancha de agua con la forma de mi trasero en el asiento del copiloto. Y al estar fuera comencé a caminar por el jardín delantero hacia la entrada sin decir una palabra.

— Me daré un baño y... — empezaba a decir él.

Se escuchó cuando le echaba el seguro al auto y activaba la alarma.

— Nos vemos luego. — dijo a mis espaldas.

Sí, sí, ya vete, pensaba para mis adentros cuando le hacía una rápida señal de despedida con la mano.
¡Ya entra a tu casa! Rogué sintiendo que comenzaba a sudar a chorros.
Alex se encaminó hacia la entrada aun mirándome con algo de recelo, pero mi mayor preocupación era llegar cuanto antes a mi casa o que el chico entrara a la suya.
Di solo un par de pasos más, cuando con horror vi que la puerta de la entrada se abría y un muchacho de cabello castaño y liso salía de ella.

Ethan sonrió en un principio al verme, pero su semblante cambió al instante, transformando la sonrisa que había mantenido para mí por breves momentos en una especie de mueca de concentración, algo parecido a la cara de un cazador al sorprender a un animal especialmente peligroso.

Dios, dime que Alex se fue a su casita, por favor, por favor, te lo ruego...

— Hola, Ethan. — dije con un hilo de voz tan agudo que me sorprendí de mí misma.

Pero él ya no me miraba a mí, miraba algo por encima de mi hombro y más lejos de donde me encontraba.

No quería voltear, no quería darme vuelta y...

— Hola, Ethan. — dijo alguien tras de mí.

¡Uy, quieto!

Mi cuerpo se quedó paralizado. ¡Diablos! Me había seguido.
Alcancé a distinguir el sonido de sus pasos sobre el suelo amortiguados por el pasto que lo cubrían, y luego un brazo rodeó mis hombros. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, no supe exactamente si se debía a mi ropa fría y húmeda, o a la situación en la que me encontraba. Pero mi piel claramente estaba de gallina.

— Mira, Ethan... es Alex. — mi voz se escuchó súper aguda cuando logró salir de mi garganta.

Tenía la boca tan seca que me costó tanto tragar saliva que hasta lo sentí incómodo.

— ¡Sorpresa, Ethan! — dijo Alex con un extraño tono.

Ethan pasó de mirar a Alex y su cabello húmedo a verme a mí de pies a cabeza completamente empapada, torció el gesto y lanzó un resoplido mientras miraba atentamente el brazo que el muchacho mantenía alrededor de mis hombros.

Brillo esmeralda [COMPLETA ✔️ Novela 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora