◽Tentaciones◽

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Después del desagradable encuentro con mi querido ex novio, volví a mi casa sintiendo náuseas y una extraña sensación en el cuerpo que me provocaba temblores ocasionales

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Después del desagradable encuentro con mi querido ex novio, volví a mi casa sintiendo náuseas y una extraña sensación en el cuerpo que me provocaba temblores ocasionales. Entré en la casa rígida y conteniendo el aliento, repasando mentalmente las palabras de Ben una y otra vez. Con el rostro ardiendo del coraje y el corazón latiendo acelerado dentro de mí pecho.

— ¿Estás bien?

Mi mamá había aparecido de pronto y me miraba atenta con un gesto de preocupación y duda en el rostro.

— Sí, ¿por qué la pregunta? — exclamé tratando de comportarme lo más normal posible.

— Estás pálida — repuso ella examinándome detenidamente —. Pareciera que viste a un fantasma.

— Quizá a un monstruo. — comenté encogiéndome de hombros.

Pero no esperé a que la mujer dijera algo más por mi comentario, la dejé parada en medio del vestíbulo con el ceño fruncido y una cara de profunda duda. Subí hasta mi habitación y una vez ahí miré a mí alrededor.

No cabe duda que había cosas que cambiaban demasiado y otras que quedaban tal cual.
Fui hasta la ventana en donde se podía apreciar el jardín trasero de la casa de Alex, ahí seguía la canasta de baloncesto que había instalado él mismo y en la que lo había visto jugar tantas veces años atrás. Aquel jardín prácticamente seguía igual, pero el pelirrojo de alguna manera había cambiado... aunque no mis sentimientos hacia él al parecer.

Otros que por más que los años pasaran no cambiaban ni un poco eran Ben y Randy, se podía ver claramente en sus ojos que seguían abusando de la bebida y de ciertas sustancias. Su actitud era la misma de aquellos adolecentes problemáticos que conocí en preparatoria. La única diferencia es que habían sustituido al príncipe oscuro por un amiguito de dos metros que les servía como guardia y escudo humano.

Esa tarde la pasé como años atrás cuando Alex se había ido, esperando y observando constantemente el celular que posaba en mi mesa de noche. Caminando de un lugar a otro por la habitación como un león enjaulado. Pero lo único que me llegó fue un mensaje de Ethan deseándome buenas noches y disculpándose por no hablarme en todo el día, ya que su apretada agenda en el hospital lo había tenido muy ocupado durante todo aquel día.

Me quedé profundamente dormida en la espera y desperté exaltada en la madrugada mirando a mí alrededor sin saber por un momento en dónde me encontraba, me incorporé en silencio y fui a apagar la luz de la habitación para volver a dormir.
Miré de nuevo el celular, pasaban de las tres de la mañana, Alex ya debía estar en su casa, pero no eran horas para marcarle o ir hasta ahí; y sobre todo, mucho menos lo segundo. Ya podría hablar con él al día siguiente.

— ¿Qué estás haciendo? — preguntó Clara entrando en la estancia.

La mujer me miró extrañada al encontrarme de rodillas sobre el sofá con el torso recargado en el respaldo de éste mientras escudriñaba el exterior con profunda concentración.

Brillo esmeralda [COMPLETA ✔️ Novela 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora