La historia de aquellos dos es como cualquiera que hayas oído o leído:Un amor que nació con solo conocerse, aunque tuvo alguna que otra complicación.
...
Aquel joven de piel pálida estaba nervioso, más de lo usual, ¿Pues quién no?, Se iba a declarar.
Aunque en su rostro parezca alguien muy desinteresado, tenía sentimientos, sentimientos que mayormente no dejaba salir a la luz.
Tuvo problemas junto a su hermana, el accidente de sus padres, el abuso que recibía, junto a sus intentos fallidos de suicidio. Todo intento dejar a atrás, pero su mentalidad en ese entonces era demasiada estúpida.Sus manos sudaban, y su boca temblaba un poco, estaba frente a el cara a cara, pues lo había citado para hablar de algo importante.
— ¿Pasa algo Edgar?, Te noto...— fue interrumpido.
— ¡N-no!, Yo... (Mierda)— no se sentía preparado, debió aceptar las clases de declaración que su hermana sugirió.
La bufanda que tenía solo hizo que aquellos cuerpo se junten enrollandolos, haciendo el ambiente incómodo.
El menor estaba maldiciendo en su mente mientras miraba mal a su bufanda por tal acción, Byron lo único que pudo sacar de su boca, era una pequeña risa confundiendo al menor y su prenda.— ¿Algo que decirme?.
— No me lo hagas difícil.
Byron estaba algo divertido por la escena.
Este a pesar de pensar una y otra vez "es menor, no puede funcionar", termino en solo lastimandose a si mismo por un tiempo, porque evitaba cualquier sentimiento que tenía por el joven. Ahora le importaba un tonelada de mierda, ¿Quien podría oponerse?, Literalmente a cierto egipcio casi se lo llevan preso, que más da, cosas de la vida.
Viendo que ya llevan mucho rato en la misma posición, llamo al joven por su nombre para que cuando lo mire, empezará un dulce beso. El otro aunque estaba siendo besado, no tenía palabras para expresar lo que estaba sucediendo, lo único que pudo hacer, era corresponder.— Hola...cari— su bufanda los separó después del beso, haciendo que el menor al ser libre pusiera su mano en la boca del mayor.
— Cierra tu jodida boca, no me pongas sobrenombres estúpidos— suspiró cerrando sus ojos, y el mayor aprovecho eso para agarrar su mano y cintura haciendo que se encurve acercando sus rostros.
— Obligame, cariño— dijo lo último seductoramente, uniendo sus labios otra vez.
Una historia simple de amor.
Una historia que al igual que todas, tiene su fin.
❥︎ 𝚂 𝚝 𝚘 𝚛 𝚢 𝙻𝚘𝚟𝚎