De verdad no sé que más decir, ni siquiera a mi mismo.Agradezco de alguna forma la vida que he tenido, entiendo si algunos no se llevaban bien conmigo como los sheriffs.
No sé si Collete o tu Byron llegué a leer esto, pero ya ni se si despedirme está vez. Comienzo a tener recuerdos los cuales quiero borrar pero no puedo, no puedo sacarlos.— Solamente diré que fue una vida de mierda la que he vivido, ustedes no tienen nada que ver en esto, pero no puedo más, seguiré con miedo a mi muerte. Ya no quiero recordarlos, pero con solo decir su nombre...Collete, Byron, ustedes fueron valiosos para mí, y realmente quiero que vivan en un mundo donde yo no ande molestando.
Dijo el joven con voz temblorosa, llorando mientras escribía lo que dijo.
Su mano izquierda fue hacia su cajón, sacando unas pastillas, ya tenía todo planeado desde que lo pensó hace un tiempo.Tenía miedo igual, ¿Pero para que?, Al final iba a morir y poner fin a sus problemas, no había vuelta atrás.
– Los quiero, Collete y a mi bufanda. Te amo Byron.
– Edgar.
Y lloraron otra vez, ese era el fin del aquel libro, lo que seguía era un montón de fotos y/o cosas como pintura o garabatos.
Aquella prenda hizo un alboroto cuando el albino leyó, intentaron calmarla, pero al hacerlo está se cortó por accidente, al menos eso la calmo.
La tristeza invadía aquella casa con solo recordar a aquel joven.Todos los que vivían ahí fueron al campo de flores.
"Fue mucho tiempo para verlas crecer, pero valió la pena, son muy hermosas"
Recordo lo que le dijo al mudarse con el joven, sonrió.
— Estás flores son demasiadas, como los recuerdos que pasamos contigo, querido.
La peli blanca lo miro con tristeza para luego sonreír forzadamente abrazando a la bufanda un poco más fuerte cayendo de rodillas frente a la tumba de su hermano, empezando a llorar otra vez.
— Me ayudaste a estar con Amber, ¿Recuerdas?, Tuviste que verte como yo para saber sus gustos. J-jeje, fue algo complicado sacarte lo "diva".
Temblorosa mente recordó, cerrando sus ojos. Las risas, enojos, tristezas, temores que pasó con su hermano, eran simplemente únicas para ella.
— Recuerdos tan únicos como tu, querido.
Ya con el paso del tiempo, cada quien muere un cierto día.
Byron murió normal y feliz junto a Collete. Ambos estarían con aquel único ser.
La bufanda, solo se puso al rededor de la tumba de su dueño, esperando que con el tiempo se desgaste como cualquier otra prenda.
Un último recuerdo.
El último donde las sombras de aquellas personas aparecieron compartiendo risas en aquel lugar floral.
𝚃 𝚑 𝚎
𝙻 𝚊 𝚜 𝚝
𝚁 𝚎 𝚖 𝚎 𝚖 𝚋 𝚎 𝚛