"Los siete años que pases aquí como residente de cirugía serán los mejores y los peores de tu vida."
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Eleanora Amedeo es la pasante de primer año más joven en adornar los pasillos del Seattle Grace. Demasiad...
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La casa estaba vacía cuando llegó.
Automáticamente se trasladó a la sala de estar, arrojando su bolso en una dirección aleatoria. Ella se paró en el medio de la habitación, luchando por controlar su respiración.
Ella y Alex ya no eran nada. ¿Alguna vez fueron realmente una cosa?
¡Por supuesto que sí! ¡No había forma de que fuera unilateral! La forma en que actuó con ella, la forma en que la trató... y anoche, ¿la forma en que la abrazó? Como si el mundo se la tragara por completo y él solo quisiera tenerla con él. Pero acababa de decirle que estaba equivocada, que no tenía idea de cómo se sentía él.
Las lágrimas que había estado acumulando toda la noche finalmente cayeron. Sus sollozos silenciosos pronto se volvieron fuertes y difíciles de manejar, todo su cuerpo tembló. Se acurrucó en sí misma, inclinándose para abrazar su estómago.
Alex se había ido. Ella lo dejó, y no pensó que pudiera hacer esto sin él. Hizo que lo malo se fuera y le hizo notar realmente solo lo bueno. Siempre trató de ser brillante y positiva, optando por ver lo bueno en todos. ¿Pero con Alex? Ella realmente nunca vio lo malo.
¡Pero Alex la lastimó y se negó a admitir que en realidad tenía sentimientos reales por ella! La hizo sentir como si, todo el tiempo, ella era solo otra chica a la que quería perseguir y luego tirar una vez que obtuviera lo que quería.
Eleanora no pudo registrar la puerta abriéndose y cerrándose, y definitivamente no registró las voces de pánico y preocupación de George y Meredith.
Solo los notó cuando sintió que alguien intentaba llevarla al sofá. Dejó escapar un pequeño grito ante su toque, sacudiendo la cabeza mientras continuaban sus sollozos. Finalmente, unos brazos fuertes la levantaron y la llevaron al sofá.
Una vez allí, se volvió hacia el respaldo del sofá y se puso las rodillas en el pecho. Sus dos amigos se sentaron cerca de ella, Meredith frente a ella, sentada en el sofá y George en el suelo a su lado.
Intentaron todo lo que pudieron para calmarla, para darle algún sentido a lo que estaba pasando. Nada de eso pareció funcionar. Tuvieron que esperar a que pasara, dejarla llorar a sí misma y alejarse de la estática por sí misma.
Cuando tomó cierto control, miró a sus amigos. Su voz se rompió, lo que hizo que Meredith agarrara su mano aún más fuerte y George se estremeciera. No le gustaba oír así a su mejor amiga, y acababa de oírlo. Pronto lo acuñó como una de las peores cosas que pudo escuchar o experimentar.
"Alex... Alex estaba durmiendo con ella mientras nosotros..." se calló, sollozando.
"¿Juntos?" Terminó Meredith.
Eleanora negó con la cabeza. "No estábamos juntos. No exclusivamente, lo dejó muy claro. Pero estaba durmiendo con ella mientras trataba de dormir conmigo. Y-y dijo..."
"¿Qué dijo?" Preguntó George con voz ronca. Eleanora apartó la mirada de Meredith para mirar a George. Dejó escapar otro pequeño sollozo y cerró los ojos con fuerza.
"Dijo que estaba equivocado acerca de cómo se sentía, y que no tenía relaciones. ¡Casi dijo que yo era una chica cualquiera con la que se acostó!"
George se puso de rodillas y la atrajo hacia él, dejándola llorar en su hombro. La hizo callar, apretándola con fuerza.
Meredith se aclaró la garganta y se puso de pie. Ella misma parecía cansada y con el corazón roto, lo que era. George lo sabía y le lanzó una mirada de disculpa.
"No me mires así." Dijo Meredith. "Ella necesita que la carguen y la mimen más que a mí. Solo necesito alcohol, que ahora voy a consumir."
Eleanora sollozó, sin moverse del hombro de George. "¿Por qué Meredith necesita alcohol?"
"El novio de Meredith tiene una esposa, que ahora está aquí. En Seattle." Meredith respondió, sintiendo que su propio corazón se rompía un poco más.
Eleanora giró el cuerpo y la cabeza para mirar a Meredith con los ojos muy abiertos. "Oh Dios mío."
"Sí", respondió Meredith, asintiendo con la cabeza. "Oh Dios mío."
George se levantó un poco para sentarse en el sofá, Eleanora moviéndose con él para agarrarlo del brazo. Sollozos más suaves y silenciosos la atravesaron, en su mayoría sólo réplicas. Meredith rápidamente se dirigió a la cocina, sin duda dirigiéndose directamente al armario donde guardaban el tequila.
"Bebamos todos esta noche, ¿no? Ustedes dos definitivamente se lo merecen, y definitivamente lo necesitaré." George le dijo suavemente a Eleanora, apoyando su cabeza sobre la de ella.
