Ámame

Malos entendidos

No había podido dormir en toda la noche. Sus pensamientos estaban totalmente desbordados, había imaginado cientos de escenarios donde en cada uno de ellos Jimin se entregaba a los brazos de ese hombre.
Se levantó asqueado, su malhumor era palpable. Se vistió y salió de su cuarto. Iba a golpear a la puerta de Jimin pero sabía que el otro no lo atendería por nada del mundo. Sus palabras habían sido duras y aunque se justificaba a él mismo diciendo que moría de celos, no podía evitar sentir que había metido la pata hasta el fondo y que probablemente Jimin no lo perdonaría fácilmente.
Caminó hasta el ascensor, cuando las puertas se abrieron se encontró con quien menos hubiera querido ver.

-Buenos días señor Min- saludó el muchacho con una gran sonrisa.

-Buenos días- ladró

-¿Sabes si Jimin está despierto?- preguntó

-Pensé que estaba contigo- respondió confundido.

-¿Por qué estaría conmigo? Son las nueve de la mañana y lo dejé en su habitación a las doce anoche- contestó sin entender demasiado.

-Oh, yo solo creí...-

-¿Qué creiste? ¿Qué Jimin y yo pasamos la noche juntos?- indagó con una leve sonrisita.

-¿Por qué no?- gruñó exasperado

-Bueno por el simple echo de que
1) Jimin es uno de mis mejores amigos, solo eso, 2) soy heterosexual, aunque no negaré que alguna vez hubiese cambiado mis gustos solo por él,  3) estoy felizmente casado y esperando a una hermosa princesa y 4) Trish, mi esposa, también es una de las mejores amigas de Jimin.- explicó sin dejar de sonreír.

Yoongi tenía los ojos abiertos como platos. La había cagado, y lo había hecho en grande.
Soltó un bufido y el otro arqueo una ceja.

-Eso te pasa por sacar conclusiones antes de tiempo. Jamás vería a Jimin como otra cosa que no sea un gran amigo y sabes algo, el fue nuestro cupido haciendo que Trish aceptara salir conmigo hace tres años atrás. Le debo mi felicidad- comentó

Yoongi sentía que a esas alturas estaba por demás jodido.

-¡Soy un idiota!- exclamó quejoso

-Disculpa, pero debo decir que si. Deberías haber preguntado antes de hacer conjeturas.  Jimin me contó lo que le dijiste ayer y créeme cuando te digo que no será nada fácil que te perdone-

Se despidieron mientras el hombre se encaminó hasta la habitación de su amigo. Yoongi bajó en el ascensor sintiendo el peso de la culpa sobre sus espaldas. ¿Cómo demonios haría ahora para que Jimin siquiera volviera a hablar con él? Pensó.
Llegó al bufete del hotel, para su sorpresa su socio estaba allí sentado desayunando serenamente.
-Buen dia- dijo bajito.

-Buen día Yoongi- saludó el otro.

-Soy un idiota, perdóname-

-Al fin estamos de acuerdo en algo, eres un idiota.

Jimin se levantó y se encaminó a los ascensores, Yoongi lo siguió sin decir nada.
Entró a su habitación y comenzó a preparar las valijas ya que deberían viajar esa misma noche hacia Tailandia.
Yoongi lo miraba en silencio, quería decir algo pero no sabía como empezar.

-Sabes es muy gracioso, porque para apuntarme con tu dedo y decir estupideces sobre mi no perdiste el tiempo y las palabras fluyeron como cascada.  Pero ahora que sabes que todo lo que dijiste fue pura mierda estás ahí callado y no sabes que decir- espetó con sarcasmo puro en cada palabra.

-Lo siento, no debí decir lo que dije, yo no pienso eso de ti-

-Pero sin embargo lo dijiste y te importó un carajo lo que tus palabras dañinas provocaban en mi-