Sorpresas inesperadas

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Se levantó muy temprano, se duchó y se cambió. Un traje negro que se amoldaba perfecto a su increíble cuerpo, una camisa blanca simple y una corbata negra, completaban su look.
Desayunó algo ligero y se subió a su auto para encaminarse a su destino.

El gran edificio se erguía frente a él, estacionó en el inmenso garage y entró por la puerta principal.
La joven recepcionista lo miró embobada.
-¿En qué puedo ayudarlo?- preguntó con un leve sonrojo en sus mejillas.

-Soy Park Jimin y busco al señor Min JiWoon- respondió con una cálida sonrisa.

-Oh, claro, el señor Min lo espera en su oficina. Puede tomar el ascensor hasta el piso diez, allí lo recibirá su secretaria- informó aún más sonrojada.

-Muchas gracias linda- contestó y caminó sonriente.

La chica comenzó a ventilarse con sus manos, no podía creer semejante hombre era uno de los dueños de la empresa.

Subió hasta el piso indicado, al abrirse las puertas otra bella joven lo recibió.
-Señor Park, es un gusto recibirlo, el señor Min lo espera, acompañeme por aquí por favor- la chica aunque muy profesional en su discurso, no pudo evitar mirarlo emocionada.

Entró a la oficina, agradeciendo a la joven que lo había guiado.

-¡Jimin!, que alegría al fin conocerte- el hombre lo estrechó en un gran abrazo y con una gran sonrisa.

-El gusto es mío señor Min- dijo mientras hacía una reverencia.

-Oye, deja las formalidades, te conocí cuando aún usabas pañales- comentó esbozando una gran sonrisa.

Jimin sonrió ante el recuerdo del hombre.
-Lo siento, ya sabe no recuerdo los días en que mi padre y usted se juntaban para crear esta empresa- respondió algo sonrojado.

-Claro que no, eras apenas un niño, pero mirate ahora, ¡eres todo un gran hombre!- exclamó alegre -¿Y dime cómo está mi amigo?, ¿piensa regresar a Corea alguna vez?- cuestionó mientras le hacía una mueca para que se sentara.

-Oh, él está muy bien, señor, gracias por preguntar, y por ahora no está en sus planes regresar, por eso me envió a mi- contestó y se acomodó en el sillón frente al hombre.

- Dime JiWoon, después de todo somos casi familia. Tu padre no solo ha sido mi gran amigo, le debo todo, es como mi hermano. Me alegra que hayas decidido formar parte de la empresa. Ya sabes estoy algo oxidado, necesito un descanso. Pero te prometo que te pondré al corriente con todo esto. También mi hijo se hará cargo y te ayudará en todo. Ya debe de estar por venir y podrás conocerlo- explicó sonriente.

-Me alegra escuchar que me ayudará, si bien estuve trabajando todos estos años con mi padre, imagino que el mercado y los gustos aquí son muy diferentes a los de Estados Unidos, así que necesitaré ayuda y paciencia- comentó haciendo sonreír a ambos.

-Estaré aquí hasta que me necesites, pero te aseguro Jimin que ya necesito descansar. A lo mejor hasta me voy a América a visitar a mi querido amigo y a tu adorable madre- dijo con un tono cargado de esperanza.

-Prometo aprender rápido así podrá hacer ese viaje que hará feliz a mi padre y a mi madre. Ellos siempre hablan maravillas de usted y su familia.

-Eso es bueno, muy bueno, dime Jimin, ¿así que has hecho tu carrera en la danza?- indagó con emoción.

-Asi es, todo tipo de ritmos, sobre todo contemporáneo- contestó.

-¿Y no has pensado en dedicarte a eso en vez de estar detrás de un escritorio y liando con jovencitos que quieren ser famosos?- preguntó asombrado.

-Lo he pensado mucho, claro que no dejaré de lado mi carrera, sueño con transformarme en un gran bailarín de teatro pero también sé el esfuerzo y la dedicación que mi padre le puso a esta empresa y no podría abandonar todo así como así. Trataré de equilibrar ambas cosas- explicó sonriendo cálidamente.

-Eres un gran muchacho, cualquiera hubiese dejado todo sin importarle nada. Lo que haces es un sacrificio pero sé que lo lograrás, después de todos estarás al frente de una empresa donde podrás también llevar adelante tu carrera de bailarín- comentó gustoso.

-Muchas gracias, le aseguro que pondré lo mejor de mi para lograrlo-

-Y mi hijo será de gran ayuda, ya lo verás. Él también tiene su carrera paralela y al igual que tú intenta equilibrar todo. Por eso estoy seguro que se llevaran bien y podrán lograrlo. Hablando de mi hijo, acaba de llegar-

La puerta se abrió, Jimin giró su cuerpo para ver entrar al joven que llegaba excusándose.

-Lo siento papá el tráfico hoy es imposible-

Esa voz, podría reconocerla en cualquier parte del mundo. Muchas noches soñó con esa voz diciéndole cosas tiernas al oído.
Tragó duro y clavó su vista al tipo que lo miraba con la mandíbula abierta de par en par.

-¿Tu?- preguntó totalmente asombrado.

-Si, yo, Park Jimin. Hola Yoongi- saludó cortésmente.

-¿Se conocen?- preguntó dudoso el hombre mayor.

-Si bueno...-

-Fuimos a la misma escuela secundaria, y tuvimos algunos amigos en común- respondió Jimin sin mirar al otro y sin darle tiempo a hablar.

-¡Oh eso es grandioso!- soltó feliz el señor Min -eso significa que será fácil que se lleven bien y puedan trabajar juntos- comentó aplaudiendo con sus manos.

Yoongi seguía en silencio, no podía procesar lo que estaba sucediendo en esa oficina.
El pequeño Park, ese que le había confesado que lo amaba cuando apenas tenía diecisiete años, estaba allí, convertido en un sexy y adorable hombre, vestido para el infarto, con sus dorados cabellos, sus ojos celestes brillantes, sus mejillas menos gorditas pero aún adorables y con unos labios esponjosos que invitaban a soñar despierto.
Indudablemente Jimin era un pecado capital, aunque todavía no decidía cuál de ellos era.

Jimin por otro lado, bufó ante la mirada intensa de Yoongi, se mordió el labio inferior y esperó a que a este se le pasara el estupor.
No es que se creyera irresistible pero era consciente que llamaba la atención y que más de uno quería tener algo con él. Y claro Yoongi no sería la excepción.

Lástima que cuándo yo te amaba tu solo rompiste mi corazón, pensó en silencio viendo como el hombre mayor llevaba su mirada de uno al otro, sin entender demasiado que pasaba allí.

-Bien, Jimin bienvenido a PYM music, espero que Yoongi y tu se lleven muy bien- dijo el hombre para llamar la atención de ambos.

-Oh claro padre, así será- respondió con una pequeña sonrisa ladina Yoongi.

-Por supuesto señor Min- contestó Jimin entornando sus ojos para ver al otro.

No tiene idea de lo bien que nos vamos a llevar, pensó Jimin haciendo una mueca con su boca.

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