Zaraki Kenpachi y tú

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Por todo el seiriteri había muchos shinigamis buscando la pulsera de nuestra querida capitana mientras el capitán Hitsugaya acababa de llegar del mundo humano. El capitán al escuchar que buscaban la pulsera urgentemente decidió volver para entregar la pulsera que se había encontrado el día anterior. Nadie le recibió pero no le importó, se dirigió al cuarto escuadrón donde se encontró a Kyoraku hablando con Unohana.

- Si no encontramos esa pulsera rápido morirá - decía la capitana con un tono de preocupación en su voz

- Espero que la encontremos pronto no quiero perderla, no quiero separarme de ella otra vez - Kyoraku agarro su sombrero fuertemente y lo estrujó en su pecho - Si no fuera por ella estaría perdido - el joven capitán decidió esconderse para escuchar más sobre esa conversación

- Tengo curiosidad sobre tu pasado con ella

- La conocí antes de la academia aunque seguramente ella no se acuerde de aquello, un Hollow me perseguía y cuando estaba apunto de atraparme ella apareció - una sonrisa apareció en el rostro del capitán - Ella amaba pelear contra Hollows, ella ya poseía un gran reiatsu y peleaba cuerpo a cuerpo, nunca había imaginado a alguien derrotará a un Hollow a puñetazos, se veía igual de salvaje que Kenpachi y ahora ella está en cama dependiendo de si encontramos una pulsera para que ella pueda vivir - el capitán que estaba escondido reaccionó, se había interesado por el pasado de la capitana Ukiwa y no recordaba que había ido hasta allí para entregar la pulsera

Salió de su escondite y se acercó a ambos capitanes, ellos al verle se sorprendieron.

- ¿Que hace aquí capitán Hitsugaya, no deberías estar en el mundo humano? - pregunto Unohana

- Anoche encontré la pulsera que buscáis, la guarde por si encontraba al dueño - enseño la pulsera y a Kyoraku le brillaban los ojos - No pensé que la vida de una capitana dependiera de una pulsera

- Gracias por traerla rápidamente - Kyoraku abrazo a Hitsugaya tomándole por sorpresa - Gracias de verdad

- No ha sido nada, tomad me tengo que volver al mundo humano - se separó del otro capitán y entregó la pulsera - Decirle que sea más cuidadosa la próxima vez

El capitán del décimo escuadrón se fue de allí, Unohana fue a la habitación de ___ para colocarle la pulsera mientras que Kyoraku informaba del hallazgo de la pulsera.

Unohana al entrar en la habitación se encontró una imagen muy dolorosa, Ukiwa estaba totalmente pálida y con los ojos cerrados. Ella corrió y comprobó que aún vivía, noto muy leves pulsaciones y le colocó la pulsera. Intentó hacer algo para ayudarla a recuperarse pero no encontraba la forma para ello, notó como el reiatsu de la capitana disminuyó muchísimo en el momento de colocar la pulsera. Decidió dejarla descansar ya que no podía hacer más, salió de la habitación y Kyoraku la miró esperando a que ella hablará.

- No sé si saldrá de esta, estaba muy pálida cuando entre y no tenía fuerzas para abrir los ojos - el capitán al escuchar eso perdió el brillo de sus ojos - Pero parece que la pulsera está haciendo su trabajo, su reiatsu disminuyó y desde entonces se mantiene su fuerza vital, la tengo conectada a una máquina que le ayudará a recuperarse solo queda esperar

- Gracias capitana Unohana - el capitán se sentó en el suelo apoyando su espalda en la pared mientras miraba al suelo, el sombrero tapaba su cara haciendo imposible a la capitana de ver el rostro destrozado del capitán - Esperaré aquí por ella

- Puedes contarme más sobre ella - se sentó al lado del capitán - Me gustaría comprenderla mejor

- Claro, antes fuimos interrumpidos así que te seguiré contando - el capitán volvió a recordar a aquella niña que le había enamorado desde aquel momento - Después de vencer al Hollow me miró y empezó a regañarme, dijo que me había separado mucho de mi aldea y era peligroso diambular solo, yo le respondí que como podía decir eso teniendo mi edad y su respuesta fue tan simple y fría... Ella me dijo que ella podía hacer lo que quisiera ya que es más fuerte que un capitán del gotei, la mire extrañado pero su rostro estaba serio, sus ojos mostraban que no mentía y su cuerpo desprendía tal reiatsu que me dejó claro que esa chica no bromeaba