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Ya había pasado un tiempo desde que ___ fue llevada a hueco mundo, ella había recuperado fuerzas y como no se fiaban de tenerla solo con unas esposas la ataran a una pared con grilletes, ella podía separarse hasta dos metros de la pared, lo suficiente para poder levantarse de la cama para ir al váter que había en la habitación, también estaban atados sus pies como unas esposas pero en los tobillos. Ella se pasaba el día sola a excepción de las horas de comer en las que un espada era quien le alimentaba, no se fiaban de dejarla usar cubiertos ya que podría intentar algo.

Ahora mismo se encontraba durmiendo cuando alguien entra en la habitación haciendo que ella se despertará.

- No quiero comer ahora, gracias - respondió ella sin abrir los ojos

- No estamos para traerte comida, vamos a preparar la habitación para una persona más - ella reconoció la voz de Ulquiorra uno de los espadas, abrió los ojos y se sentó para mirarle

- ¿Alguien más? ¿Aquí? Pensaba que me queríais lejos de todos

- Si la traemos aquí es por algo, ahora vuelve a dormir en un rato traeré tu comida - dijo mientras indicaba a otros arrancares súbditos suyos dónde colocar la cama

- Si hay gente aquí no quiero dormir, así paso el rato con vosotros y no me aburro tanto - ella se levantó y se acercó todo lo que pudo a él - No entiendo porque no queréis que me acerque a vosotros, mi reiatsu no funciona por culpa de las esposas

- Aizen-sama lo ha ordenado así

- Ya veo...

- Luego volveré - dijo Ulquiorra mientras salía junto a sus súbditos que ya habían colocado la cama

Ella se volvió a tumbar en la cama e iba a dormir cuando se volvió a abrir la puerta.

- No pensé que vendrías tan rápido Ulquiorra - dijo y después vio como el hombre que acababa de entrar cerraba la puerta con cuidado, intentaba no hacer ruido para que nadie supiera que estaba allí - ¿Qué haces aquí?

- Vengo a por lo que es mio - dijo una vez cerró la puerta, miró a ___ y se relamió los labios

- Das asco Ikibe, nunca pensé que te convertirlas en alguien así - ella le miraba con odio, sabía muy bien las intenciones de su antiguo amor

- No me mires así - se acercaba a ella - Antes te encantaba - le susurró al oído al llegar a su lado, ella le empujó para que se apartará de ella - Parece que no lo entiendes, eres nuestra prisionera así que no te creas que puedes decidir que te hacemos y que no te hacemos - se acercó a la pared en la que los grilletes están sujetos y empieza a hacer que los grilletes se recojan haciendo que la movilidad de ___ se reduzca, ahora ella no podía separarse de la pared

- ¿De verdad vas a hacer esto? - ella le miró a los ojos y observó cómo lágrimas salían de sus ojos - Sabía que este no eres tú, ¿Te están controlando verdad?

- ¡Cállate! Nadie me controla, este soy yo - bruscamente agarró a ___ por el cuello haciendo que ella no pueda respirar bien - No sabes nada de mí, nunca estuve enamorado de ti solo fuiste una herramienta para poder llegar a capitán y aún así tuve que conformarme con ser tu teniente - empezó a agarrar más fuerte, ya no podía respirar - No vuelvas a hablar como si supieras como soy - aunque esas palabras dijeran esas cosas tan crueles para ella, su cuerpo en cambio negaba todo, él estaba llorando y sus manos temblaban

- ¡Qué crees que estás haciendo! - entró derrepente Grimmjow en la habitación y separó a Ikibe de ___ - ¡No puedes matarla!

- No iba a matarla - desvío su mirada a una pared vacía

Zaraki Kenpachi y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora