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Dominate

(๑˙-Part 6-˙๑)

Toda su tranquilidad se vió interrumpida por aquel mensaje. Se había olvidado por un momento lo que traía entre manos ese hombre del cual estaba enamorado. No tiene más opción que ir al departamento, miente si dice que no tiene miedo, está cagao'. Pero ese miedo le crea otra sensación que no logra describir, maripositas en la panza pero no de cuando a uno le gusta otra persona, es diferente, un rugido que te pide que vayas y descubras qué es lo que va a pasar, es... Placentero.

Sabe que de esta no saldrá bien, aunque lo desee tanto, estar en una situación carnal con el hombre al que ama, sabe que no es solo eso lo que quiere. Le quiere dar amor verdadero, amistad honesta, no solo sexual, quiere hacerlo caer en sus redes pero no de la lujuria y encanto, demostrarle que vale la pena como ser humano y poder entablar una relación amena y que va subiendo día a día, enamorándose cada vez más de él y viceversa.

Y tiene miedo, de echarlo a perder, un movimiento en falso, toda su reputación se podría ir a la mierda, todos los años siendo un profesor ejemplar, aunque se de una materia no tan importante, todos lo respetan y admiran, hasta los alumnos. Lo que uno hace por amor algunas veces puede parecer muy patético, pero al verlo desde afuera uno no comprende el porqué, solo la persona la cual está en esa situación puede saberlo. Esto puede ser surrealista, claro que sí, fantasioso, nunca en la vida puede llegar a pasar, o puede ser muy cliché, aburrido, de todas formas, seguiré escribiendo para alimentar su morbo.

Gustabo estaba peleando con sus sentimientos, mejor fue calmarse y no armar un lío. Aceptar las consecuencias de sus actos, eso sí, intentará hacer todo lo posible para complacer al robusto hombre que lo espera a las 6:30 p.m. en su departamente lujoso. Tomó un trago de su tutti frutti que llegó hace unos minutos, viendo el mensaje con insistencia, tratando de hallar algo que no hay. Es inútil, no tiene más remedio que ir a tal hora y hacer lo que le diga el amor de su vida.

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Pagó la cuenta y fue a su apartamento, vió el reloj que tenían la manecilla más corta apuntando al número 2, y la más larga al 3. Si va a ir irá pero bien vestido, pulcro, y guapo. Que el mayor se derrita al ver lo sexy que puede ser. Sin más dejó sus pertenencias como su billetera, celular y otros chuches en el sofá. No sin antes poner por Bluetooth música en su parlante, se sentía feliz por alguna razón, tendría acción después de mucho, bailando y moviendo sus caderas y brazos al frente y atrás, curveando sus movimientos y empieza a quitarse la ropa poco a poco, podría decirse que está practicando si le pide que baile. Rió por ese pensamiento, y luego sabe bien que Jack solo quiere verlo sufrir, aunque bueno, eso significa que se exita gracias a él, joder, algunas veces es muy positivo, y otras veces se hunde demasiado que no puede salir de su burbuja negra.

Estando casi desnudo, miró la hora, pasaron 10 minutos desde que empezó a hacer el mongol, y él tarda bastante en bañarse cuando se baña en serio, entonces terminó de quitarse su ropa interior y entró a la ducha.
Le tiene que contar algunas cositas a Horacio, ja, y él le enseñó a bailar así, ay, les tengo que contar muchas cosas mis niños, pero solo si ustedes quieren claro. Preparó la tina, con sales de baño, lo que hace por un hombre...

Ya casi lleno, con aroma a vainilla, se mete a la tina con cuidado de no caerse, dejando que su cuerpo se relaje completo y que el agua impregne su piel con lo tibia y hermosa que está. Recostado con la cabeza hacia atrás y el agua hasta los hombros. Una leve bruma por el agua caliente aparece en el baño, haciendo un ambiente espeso pero cómodo, como un sauna.