Just friends ;)

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(๑♡—Part 9—♡๑)

Narración levemente diferente
Sería como una prueba
¡Disfruten!


























La verdad que explicarlo es de lo más sencillo. Después de tomar, entre besos, toqueteos y arañazos... Estaba siendo empotrado sin piedad contra el sillón de su departamento, su mente daba vueltas y lágrimas caían de sus lindos ojos zafiro como cristales puros en placer. Solo las paredes y muebles como testigo de este acto tan espontáneo. Dos amigos reventando hasta la última gota de fuerza que les queda haciendo un ejercicio muy conveniente para bajar de peso.

Se sentía bien.

Demasiado bien, ¿Será por...? ¿Si? Su mente le juega en contra, intentando no soltar el nombre equivocado para no incomodar. Porque a pesar de estar pensando en otra persona, las sensaciones que le regala su querido crestas son para admirar. Los gemidos que soltaban eran extremadamente fuertes, llenos de energía y placer que te volverían loco, ¿Cómo mierda se sentía tan bien? ¿Estaban drogados? Puede ser, quizá... Solo quizá...

Había puesto algo en sus copas.

Pero no sé arrepentía. Es más, agradece haberlo hecho. Y sabe muy bien que Horacio también está necesitado, pues el ruso del colegio se hace el de rogar. Y el tiempo del ahora peli-azul es sagrado, tanto como su cuerpo. Entonces esperar hasta el fin de los tiempos para ponerla en alguna trinchera no era algo viable sintiendo cómo crecía cada día más y más su líbido.

Y que le llame Gustabo para un polvo le vino de putísima madre.

Como picha al culo.

Aunque él es el activo ahora.

⎯G-Gustabo.. mierda~ ⎯gimoteó el de cresta medio desordenada. Su voz salía más aguda de lo normal pero se contrastaba con los gruñidos involuntarios que venían desde sus pulmones hasta terminar en vibraciones en la punta de su lengua. La espalda lechosa del mayor cubierta por una capa fina de sudor y donde se encontraban los hombros un leve tono rosáceo hacía de las vistas una puta obra de arte, perfecta para enmarcar, o por lo menos tenerla en el cerebro impregnado por la eternidad.

Sus piernas flaqueaban, esa posición le favorecía más a Horacio que a él, pues sus pies apenas tocaban de puntitas el suelo, con las piernas demasiado abiertas que podría hasta desgarrarse si no tenían cuidado, por obvias razones no sucederá, pero el de cresta tampoco le dejaba quieto, pues con cada embestida movía el cuerpo de un excitado Gustabo con fuerza y determinación, apuntando al punto G de este mismo. Lo sabía por los gritos estruendosos llenos de lujuria, tan dulces y sexys al mismo tiempo, que soltaba el chico que se apellida García.

Hace bastante no tenía una buena sesión de sexo.

Sus brazos se aferraban al espaldero del sillón, sus uñas incrustadas y su mirada nublada por las lágrimas de placer que caían cada cierto tiempo. Mandíbula tensa por estar mordiendo su labio inferior o a veces sus dientes. Se daba cuenta de que sus gemidos eran muy altos, pero no podía evitarlos, la sensación que le propina la polla de su amigo exquisita.

Y esos besos tiernos que le regalaba, cerca de su cuello, dónde tenía otro punto dulce, le hacía cosquillas pero eso solo generaba más placer, volviendolo loco por los chupetones y mordidas pequeñas.

.。*♡~Blackmail~♡*。.Where stories live. Discover now