(。・—Part 4—・。)
Oh mierda.
Esperando alguna orden.
Como un perro.
Con miedo.
Imaginación volando.
Todo eso, estaba haciendo y sintiendo nuestro querido chico rubio. Con las piernas juntas y manos en las rodillas, espalda enderezada, en el gran sillón de cuero negro que posee su amor platónico. Levemente tiembla por los suspiros del mayor, que recorre su casa como si él no estuviese allí. Le dijo que se quedara quieto, no se podía mover aunque pudiera, era algo extraño, ¿Porqué lo retiene así?
Esas cuestionantes abruman al pequeño, ¿Qué pensará Jack Conway de él ahora? Es un pervertido! Se tocó en pleno baño del colegio! Gimiendo el nombre del hombre fornido que se pasea haciendo quién sabe qué en su casa, mientras él sufre pensando en todas las posibilidades. Pero, lo peor es que tiene un puto audio de Gustabo llamando a gritos que lo folle.
-- A ver... -- lo interrumpió esa voz grave, sentándose en frente, en la mesa del living, mirando atento a las facciones del contrario. Ahora que se fija bien, mierda, Gustabo es sexy que te cagas. Se aclara la garganta, tiene planeado muchas cosas, tiene ese presentimiento de que este chico que tiene en frente, hará todo lo que le diga. Y ha notado cómo le miraba en el receso, o cómo le dirige la palabra tímidamente, le pone nervioso al pequeño con tan solo su presencia. Al percatarse de que su chamarra había desaparecido de la empezó a buscarla obviamente. Y en el transcurso... Bueno, escuchó los dulces gemidos del rubio, además de su nombre. Quedó completamente descolocado, pero también intrigado. -- Eres un pervertido -- escupe sin filtro alguno, es cierto, no hay por dónde mirarlo a que sea algo diferente.
Por otra parte, Gustabo estaba que le agarraba el jamacuco, sudando frío como si no hubiese un mañana, apretando con sus uñas sus pantalones rojos, mirando al suelo, no sabe qué esperar, fue su descuido, debió irse a su casa, con otra pertenencia "prestada" de Jack Conway. Cerrando sus ojitos y tensando su cuerpo, como si lo estuviesen regañando.
Ya que no dice nada.
Empezará con el juego.
Sin previo aviso, aprovechando que el contrario tiene sus ojos cerrados, para dirigir su zapato bien lustrado a la entrepierna del menor, provocándole un jadeo involuntario, y que lo mire de arriba a abajo, en dirección a su pie y al rostro.
Cuando Gustabo ve esa sonrisa en el rostro de Jack, sabe que lo está haciendo a propósito. Lo tomó de sorpresa, no sabe exactamente cómo reaccionar, peor no puede hacer nada más.
-- Desde ahora en más... -- ve cómo se retuerce en esa misma posición, evitando a toda costa tocar la extremidad de Conway, dejando que lo provoque de esa manera, no lo niega, esto fue algo que siempre quiso... -- Acatarás a mis órdenes, no importa qué. Serás mi puto esclavo, pervertido de los cojones -- y mira quién lo dice, pero bueno, los dos están enfermos la verdad. Esto cada vez se vuelve más turbio, ¿Pero les gusta, verdad? Díganme que si, porque si no es así, ¿Qué mierda hago escribiendo esto?
Sus brazos delgados quieren ceder, pero tiene su poco orgullo que le queda, como para aguantar este juego previo, es un total pervertido.
La presión aumenta, aplastando la entrepierna ahora dura de Gustabo, viendo su rostro hecho todo un desastre, sudoroso y de un tono rosa, tirando a rojo. Tiene miedo de hablar, ¿Qué le dirá? Solamente puede asentir y ser estimulado de esta forma brusca. Quién diría que tu amor platónico te haría esto.
Se le escapa un gemido, más bien un suspiro, llamando la atención del pelinegro, pero era lo que quería, quería ver hasta cuándo no le dejaría escuchar de nuevo esa voz angelical. Gustabo se digna a mirarlo, encontrándose esos ojos negros oscuros que te desnudan con tan solo una pasada.
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.。*♡~Blackmail~♡*。.
Fanfiction-('∩。.Profesor de artes que cautiva a todo el mundo con su belleza y dedicación... pero eso no es lo que quiere, él quiere al inigualable Jack Conway, matemáticas, seguro le puede enseñar cuánto es 2+2 en la cama. Jack...este hombre solo puede pensa...