Fuck

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(๑♡—Part 8—♡๑)

-- A-Ah~ -- gimió García.

Ya tenía el plug en su entrada, con una buena cantidad de lubricante para que los sonidos obsenos suenen húmedos para el oído de los dos, ya que una parte es más ancha que la otra, ver cómo se expande el culo rosa de este chico es exquisito. Con una erección dolorosa aún en sus pantalones, Conway, joder, quiere hacer un reverendo desastre de este hermoso chico pero, quiere jugar con él un poco más, escuchar esos dulces gemidos que los iba a callar pero al final le dejó que siguiera suspirando y gimiendo a su gusto aunque cabe destacar que Gustabo tampoco quería soltar esos sonidos tan vergonzosos a el hombre que lo tiene mal.

Pero se le hacía imposible, intentaba acallar mordiendo sus labios, que se hincharon de tanto morderlos, y aparte le dolían. En ningún momento se dieron un beso, cosa que a él le encantaría demasiado, a la par que humedecer sus casi resecos belfos le encantarían.

Conway lo levantó de una para ir a la cama, como princesa, el juguete se removía en su interior a cada paso, le quitaba suspiros extraños, se asustó primero, tenía las manos ahora hacia adelante, pero con las esposas, no podía moverse del todo pero..., sin darse cuenta, se acercó lo suficiente como para besarlo pero este lo esquivó. Dejando al pequeño rubio con cara de "la cagué" pero nada paró.

-- Nada de besos Gustabín -- lo puso en la cama algo brusco, y buscó otro juguete que tenía en la caja de afuera la cual trajo, quitando lo que parecía un tabla, roja y con un corazón. -- Ahora recibirás tu castigo little kitty -- se acercó al oído del chico mientras abría sus piernas para ponerse entre ellas, bajando su rostro al cuello blanquecino de este y dejar una que otra marca y chupetón, su piel es tan suave y divina que le daban ganas de maltratarla a su gusto, aunque si hace eso no quedará tan bonita... Pero debe de admitir que le encantaría dejarlo entero de sus marcas.

Bajo a sus clavículas dónde hizo lo mismo, lamiendo y succionando cada zona que pasaba mientras seguía bajando, al abdomen que se retorcía por las sensaciones no le dejaban pensar del todo.

El mayor de un movimiento lo puso en cuatro una vez más.

Era hora de su castigo.

Su respingado trasero fue alzado, con su rostro enterrado en una almohada. La verdad que era para no caer ante los encantos peligrosos del rubio. Tiene que ser serio o al menos más frío de lo que ya es. No siente nada por este chico de ojos como el mismo mar.

Es puro deseo carnal.

El primer golpe impactó contra el pomposo culo de Gustabo. El cual amortiguó su grito de dolor ⎯aunque se sintió bien⎯en la almohada. No lo admitirá, al menos no en palabras, tiene su poca dignidad pendiendo de un hilo. Solo le queda dejarse llevar...

Un segundo golpe le empezaba a dejar de color carmesí aquellas lindas nalgas, el plug era succionado y la perla brillaba con los fluidos de la lubricación. Las vistas que tenía Jack ahora mismo serían las mejores que haya visto en su miserable vida, y eso que vió muchos.

Gustabo gemía con los golpes que estampaba el pelinegro contra su culo maltratado, ya le dolía, pero le gusta. Siguió así un buen rato, a veces con la tablita roja jugaba con el miembro del menor, haciéndole removerse en su lugar, si lo estimulaba más seguro se corría allí mismo sobre el colchón. Solo no lo podía, pues no puede hablar, solamente si Jack lo permite.

Su mano se deslizó por el hombro del chico, con sutileza provocándole escalofríos, yendo por la espalda arqueada hasta la cadera que se movía algo impaciente por la atención que necesitaba. Pero esos dedos quemaban, y no solo por la calentura de su cuerpo, sabe muy bien que esos dedos solo exploran lo que le pertenece, solo uno hace esto con algo de cariño. A pesar de no moverse mucho, quiere darle lo mejor de sí mismo para complacer a su amor...

.。*♡~Blackmail~♡*。.Where stories live. Discover now